Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Tengo 31 años, casi los mismos que el actual sistema de salud de Colombia, reformado en 1993 para que el acceso a la salud no fuera un privilegio, sino que cubriera a la mayoría. Y sí, hemos avanzado en eso, pero hemos retrocedido en otras cosas.
Según MinSalud, en 1993 sólo el 24 % de la gente tenía acceso a salud y hoy en día cobija al 98,4 %. Pese a ello, casi la mitad de la gente (más de 22 millones de personas en el país) están en una EPS intervenida, según la Supersalud.
Esas intervenciones, por malas gestiones administrativas o financieras de las EPS y del Gobierno, afectan la atención de la gente, creando un dolor en el sistema. Uno que duele bastante, y que genera duelos, por demoras en la atención, tratamientos o medicamentos.
Y obvio, la gente no se queda quieta, usa mecanismos para lograr la atención, por eso las tutelas han crecido en los últimos 10 años, alcanzando el número más alto en 2024 (237 mil), según MinSalud.
¿Sabían que de todos los seguros que compra la gente, los de salud son uno de los que más vienen creciendo?
Según dijo Fasecolda, el gremio de las aseguradoras, en su Congreso en Cartagena, a julio de 2025 había 503.000 pólizas activas de salud que complementan al sistema general, beneficiando a 1,8 millones de personas.
En un país de 53 millones de personas según proyecciones del DANE, el hecho de que solo 1,8 millones tengan mejores servicios y atención que quienes están en el sistema general de salud, nos devuelve a una brecha de desigualdad en la salud de calidad.
Y no es que no deban existir los seguros, pero la ley debería ser tener un sistema mejor donde la atención no sea un privilegio que cuesta y una desigualdad que duele, como pasaba antes.
Valerie Cifuentes es directora creativa y cofundadora de Economía para la pipol.
