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¡Dejen de exotizar a las personas negras en el Petronio!


Edna Liliana Valencia Murillo
22 de agosto de 2024 - 05:06 a. m.
"Se les olvida, de nuevo, que somos personas compartiendo nuestros saberes, y no especímenes exóticos en un zoológico humano": Edna Valencia
"Se les olvida, de nuevo, que somos personas compartiendo nuestros saberes, y no especímenes exóticos en un zoológico humano": Edna Valencia
Foto: EFE - Ernesto Guzmán
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A pesar de tener familia en la Sultana del Valle, nunca visité la ciudad hasta mis 25 años. En 2011 viajé a Cali por primera vez, atraída por fabulosos rumores acerca de un festival de música del Pacífico que tenía lugar cada año en la capital vallecaucana. Decían las buenas lenguas que miles de personas de los municipios afros de la región se daban cita en el teatro al aire libre Los Cristales o en la plaza de toros para rendirle homenaje al compositor de Mi Buenaventura: Petronio Álvarez.

También a la Marimba de Chonta, versión afrocolombiana del Balafón Africano e instrumento madre de la música del Pacífico sur. Junto a ella, el cununo, el bombo, el guazá y las voces hipnóticas de las cantaoras, quienes, a menudo, son portadoras de otras tradiciones como el trenzado, la gastronomía y la producción de bebidas ancestrales hechas a base de un destilado de caña artesanal: el curao, el arrechón y la tomaseca nutren el evento con sus sabores a mangle y hierbas de azotea ardiendo en las llamas de la sabiduría negra.

La versión XIV del Petronio tuvo lugar en el Estadio Pascual Guerrero. Gualajo, el pianista de la selva, me dio la bienvenida al lugar donde se valoraba más la marimba que el piano, donde se tomaba más viche que aguardiente, donde valía más piangua que el caviar y donde era mejor el turbante que la extensión.

Ese día me enamoré del Petronio y no he faltado a ninguna versión del festival en 14 años, durante los cuales la situación ha cambiado. Hoy me preocupa sobremanera la creciente exotización de la cual somos víctimas las personas negras en un espacio cuya génesis estaba en la promoción de la cultura afropacífica.

Cada vez son más las personas no afro que vienen al Petronio, muchas de ellas con ánimos de respeto y admiración por nuestras manifestaciones; otras con una visión de subordinación evidenciada en acciones de irrespeto a nuestra humanidad y nuestros cuerpos, una vez más, vulnerables ante la reproducción de la estructura racista dentro de un festival, quisiera yo, afrocentrado.

Se les olvida, de nuevo, que somos personas compartiendo nuestros saberes, y no especímenes exóticos en un zoológico humano. ¿Cómo es posible que vengan con cámara en mano a tomarnos fotos sin nuestro consentimiento, peor aún, a nuestros niños sin autorización de sus padres? ¿En qué cabeza cabe que quieran tocar nuestros cabellos naturales de manera abusiva e invadir nuestro espacio personal sin mostrar un mínimo de respeto?

Y luego se molestan cuando decimos no, porque creen que tienen derecho y no soportan que pongamos límites que se darían por sentados en otro tipo de espacios. Nos dicen groseras y resentidas porque les molesta que les recordemos que no somos objetos a su disposición.

¿Qué pasaría si una persona negra llegara a un evento cualquiera a tomarse fotos con niños sin permiso y a manosear sus ropas y sus cabellos? Entonces no esperen que nos quedemos callados. Petronio se respeta, y sus protagonistas también.

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Lalo(70277)24 de agosto de 2024 - 02:00 a. m.
Totalmente de acuerdo.
HELBERT(40077)23 de agosto de 2024 - 04:25 p. m.
Absurdo lo de esta escritora. Es como in KK pero de afros. Así piensan algunas élites o grupos conservadores en Estados Unidos y Alemania. Para que germine la cultura y se extienda es necesario compartirla y mezclarla. Pero la reto a que vaya a un festival regional y popular de cerveza en Alemania o Austria. Los turistas SE TOMAN FOTOS CON LOS RESIDENTES y a todo lo que ven, los trajes, los peinados, los sombreros. Claro, allá hay grupos ultragodos que se oponen. Igual que la columnista.
  • Carlos(35243)24 de agosto de 2024 - 04:25 p. m.
    Buen punto. Terminaremos en que en el desfile de Silleteros no se pueden tomar fotos con los campesinos que las hacen y las cargan. Ni con las marimondas en Barranquilla
  • Lalo(70277)24 de agosto de 2024 - 02:00 a. m.
    Perra
Maryi(41490)23 de agosto de 2024 - 02:44 p. m.
El problema no es tomar fotos sino la manera y la actitud de algunas personas que quieren importar el evento como parte del mal llamado "exotismo"
daniel(84992)23 de agosto de 2024 - 12:31 p. m.
Me casé con una afrolibanesa caribe y soy chibchogermanocalima. Disfruté un solo petronio hace algunos años y me sentí genial , feliz de compartir con gentes igualmente felices, que igual que yo somos mezcla de muchas etnias, culturas y cosmologías. No creo que alguna etnia deba ofenderse o molestarse por compartir su alegría con otras que no tengan el mismo origen. Al final de cuentas, hace ya muchos años, nuestros antepasados comunes empezaron a caminar desde África.....
alvaro(76376)22 de agosto de 2024 - 10:46 p. m.
NO me convenció su columna,Con tanta polarización que tenemos y usted contribuyendo.Soy blanco y le manifiesto que admiro a las mujeres de raza negra.Si me hubiese enamorado de una de ellas,feliz sería.Escriba mas bien que todos somos colombianos y que podemos asistir a todos los eventos ,mezclándonos todos los colores.
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