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La educación de los colombianos: un balance

Eduardo Lora
28 de abril de 2025 - 05:05 a. m.
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“Yo soy economista, ¿y usted?”. Frases como esta son usuales entre quienes empiezan a conocerse porque la educación es parte de la identidad personal y motivo de orgullo para algunos, especialmente quienes han tenido la fortuna de lograr un título de una universidad prestigiosa. De forma semejante, no haber tenido una educación de calidad siendo joven puede ser motivo de frustración durante el resto de la vida.

El capítulo de educación de mi libro Los colombianos somos así permite hacer un balance de diversos aspectos de la educación en la actualidad. La fuente más novedosa que utilicé fue una encuesta que hizo en 2024 la oenegé Empresarios por la Educación a unos 3.800 jóvenes entre 12 y 28 años, de los cuales 40 % tenía como principal actividad estudiar.

Las generaciones jóvenes están logrando niveles de educación que habrían sido impensables para la inmensa mayoría de quienes actualmente son viejos. Los valores educativos son ahora más propicios para el aprendizaje y el desarrollo personal. La mayoría de los estudiantes se siente a gusto en su colegio o universidad, lo que alivia las dificultades que pueden tener en otras dimensiones de su vida. La mayoría de los jóvenes tiene interés en alcanzar estudios superiores, y son cada vez más los que optan por estudios técnicos más adecuados a sus capacidades y para las demandas del mercado laboral. Todo esto es muy positivo y no debe perderse de vista al juzgar el sistema educativo.

Pero son más los aspectos negativos. En primer lugar, apenas en una minoría de los planteles educativos del país se dan todas las condiciones de apoyo personal, buen ambiente psicológico y seguridad que se necesitan para el óptimo desarrollo de las vidas académicas y sociales de los estudiantes. Por fortuna, los estudiantes son conscientes de estas deficiencias y propenden por mejorarlas.

No ocurre lo mismo con otros aspectos negativos del sistema educativo: pocos estudiantes son conscientes del bajo nivel académico de la enorme mayoría de colegios, institutos y universidades, tanto públicos como privados. Tampoco sus padres, que posiblemente carecen de los criterios y la información para saberlo. El promedio de los jóvenes colombianos de 15 años tiene un atraso académico de dos o tres años con respecto a sus pares de los países desarrollados, y de cinco o seis años con respecto a los jóvenes de Singapur. La situación no es mejor al terminar la secundaria ni los estudios universitarios. Pocos colombianos alcanzan estándares académicos elevados, pero la enorme mayoría cree que, si tuviera los recursos, alcanzaría un título universitario.

Los jóvenes colombianos tampoco son suficientemente conscientes de que, a la gran mayoría, el colegio o la universidad no les ofrece la preparación que necesitarían para desempeñarse aceptablemente en su vida laboral. Y los ilusiona más tener un trabajo propio o ser emprendedores que conseguir un empleo –posiblemente inducidos por sus propios profesores– e ignorantes de que el éxito muy probablemente les será esquivo.

Como el sistema educativo colombiano es tan segregado, quienes han tenido la fortuna de una buena educación rara vez son capaces de dimensionar las limitaciones de la educación del grueso de los colombianos.

Uno de los grandes retos de política pública en Colombia es reducir la informalidad laboral. Los diagnósticos sobre este problema ponen el énfasis en los altos costos laborales y en las limitaciones del sistema educativo para dotar a los jóvenes de las competencias que requiere el mercado laboral. Este diagnóstico es válido, pero incompleto. El problema es más profundo, como lo sugiere el hecho de que los jóvenes no son conscientes de las deficiencias de su educación ni de las exigencias y frustraciones que les esperan en su vida laboral.

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Mario Giraldo(196)28 de abril de 2025 - 10:24 p. m.
Si el presidente quiere construir un tren desde buenaventura, la ley de contratación de 1993, la constitucion y las leyes obligan a licitarlo a una empresa con experiencia y musculo logístico, la cual seria extranjera, pues aquí nadie ha hecho trenes. Asi pues los ingenieros nacionales entrenan para pavimentar vias, no para megaobras de ingeniería. La tara es institucional, no académica. Los egresados si consiguen trabajo, pero las obras tipo singapur, las hacen los de singapur.
Atenas (06773)28 de abril de 2025 - 02:16 p. m.
Cruda realidad sobre el ineficiente proceso educativo en Colombia la q’ describe el atildado columnista Lora. En lo personal no tengo nada q’ agregarle o cuestionarle, tal es lo q’ ocurre. Y q’ tiende a agravarse con el advenimiento del falso mesías, pues pa los populistas cuanto más ignorantes sean sus huestes tanto mejor se les montan encima, el caso del güelentinoso Petro lo tipifica; e igual les conviene q’ esa pobre gente migre x el hueco pa q’ vayan y contagien, son infames. Atenas.
Álamo(88990)28 de abril de 2025 - 01:39 p. m.
"El problema es más profundo": más allá de cualquier nivel de instrucción alcanzado, el nivel de la corrupción arrasa el de la 'educación'. Mucho hay que hacer en el campo de la ética, y lo peor es que los maestros son los que eligen gobernantes y clientela: Tapia, imputado, togado... Esa es hoy la "educacion" d elos colombianos.
Maria Eugenia Velez Velez(56068)28 de abril de 2025 - 12:15 p. m.
Diagnósticos hay, se requiere más inversión y seguimiento permanente.
JTG(13462)28 de abril de 2025 - 10:52 a. m.
El sistema educativo colombiano tiene dos subsistemas: El de los colegios privados de alta calidad y el de los colegios públicos y otros privados, de baja calidad. La suerte de las personas en la vida está determinada por la cuna en que nacieron: Si pueden ir a un sistema privado de buena calidad les va bien, si no, tienen que "gurerrar" la vida.
  • Myriam Flechas Avella(35204)28 de abril de 2025 - 11:47 p. m.
    Muy cierto, hace poco lei en este diario que es mejor ser pilo o nacer de buena cuna, y a todas luces los de buena cuna son los mejores librados, entonces que esperamos? si no hay dinero, toca coger lo que sea
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