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Como lo reiteré en la última columna, no hay otra opción que devaluar la moneda en forma drástica y elevar la tasa de ahorro, y reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente a menos de 5% del PIB. Como no se hizo, la moneda se revaluó, la tasa de ahorro bajó, los déficits fiscales y en cuenta corriente aumentan, y el sistema tiende al colapso.
Los hechos factuales se encargaron de confirmar que no había otra opción que devaluar la moneda, elevar la tasa de ahorro y reducir los déficits fiscales y en cuenta corriente a menos de 5% del PIB.
No hay forma de evitar que las autoridades económicas pretendan sostener el ahorro por debajo de la inversión en contra de las leyes de la ciencia económica. Las soluciones que bajan el ahorro son ineficientes, inequitativas e insostenibles.
Lamentablemente, las autoridades económicas están comprometidas en mantener el ahorro por debajo de la inversión, en contra de evidencias verificadas durante dos siglos que muestran que el ahorro es el principal determinante de crecimiento económico.
Según las cifras del DANE el crecimiento del producto año corrido a junio de 2025 fue de 2,9%, y se explica principalmente al aumento del consumo del Gobierno de 7,1%. El consumo privado creció 3,9%, las importaciones 10,7%, las exportaciones solo 1,4% y la inversión 2,9%.
La verdad es que la igualdad entre el ahorro y la inversión se quebró, y no se puede lograr mediante procedimientos de mercado. No hay otra opción que ampliar la intervención en el mercado cambiario para devaluar la moneda y elevar el ahorro, y en los sectores fiscal y externo para reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente, respectivamente.
En cierta forma había que devaluar la moneda en forma drástica para elevar la tasa de ahorro, y reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente. Como no se hizo, el tipo de cambio se revaluó, la tasa de ahorro declinó y el déficit fiscal y en cuenta corriente aumentaron. Se configuró un estado de ahorro inferior a la inversión, oferta menor que la demanda, que no es sostenible y conduce al colapso.
La verdad es que el sistema tiende a un estado de ahorro menor que la inversión, oferta menor que la demanda, que no puede conciliarse con los procedimientos de mercado. No es cierto que las ofertas y demandas se igualen en todos los bienes, y menos en el conjunto. El mercado conduce a un estado en que las ofertas y las demandas no se igualan en todos los mercados, ni en el conjunto.
Los hechos factuales de economía positiva muestran que no hay otra opción que devaluar la moneda en forma drástica, elevar la tasa de ahorro y reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente por debajo de 5% del PIB.
Lamentablemente, las autoridades económicas están comprometidas en mantener el ahorro por debajo de la inversión en contra de leyes comprobadas durante dos siglos.
