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El crecimiento del producto en Colombia ha sido bajo e irregular desde 2015, con un promedio de 2,6 %. La caída del ahorro y el aumento de los déficits fiscal y comercial desde la pandemia han evitado su recuperación, con un crecimiento de 1,7 % en 2024 y 2,7 % para el año corrido desestacionalizado a febrero de 2025.
Los indicadores para 2025 están sobreestimados en razón que el cálculo se realiza por el lado de la demanda, y la oferta es inferior a la demanda. Los indicadores líderes para 2025 de energía y despachos de cemento no son favorables.
Desde la pandemia, el crecimiento de la energía en Colombia en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) ha sido en 2022 (3,3 %), 2023 (4,4 %) y 2024 (2,3 %). El crecimiento año corrido hasta marzo de 2025 fue negativo, de -0,11 %. La demanda de energía en 2024 fue de 82.085 GWh.
La caída de la actividad económica disminuyó los ingresos del Gobierno Nacional Central (GNC) para 2024 en términos reales en 13 %, mientras los gastos en términos reales subieron 7 %, generando un déficit de 5,9 % del producto. Para el 2025 siguió la tendencia y el déficit en vez de reducirse se aumentó.
Para el 2024 la variación de los despachos de cemento fue de -6,1 %. En 2025 para febrero la variación año corrido de los despachos de cemento fue de -4,5 %.
Adicionalmente, resulta evidente que dos sectores que no despegan son la industria y la construcción. A febrero de 2025 el crecimiento año corrido de la industria y la construcción fue -0,5 %.
La economía colombiana evidencia una caída de su dinamismo desde 2015 con fluctuaciones hacia la baja en la pandemia, y para el 2025 todavía los indicadores son débiles y la economía no se recupera. Durante la década los resultados del crecimiento de la economía colombiana son deficientes, y mientras no se devalúe la moneda, se recupere el ahorro y bajen el déficit fiscal y en cuenta corriente no se va a superar el estado que viene de atrás.
Se ha regresado al siglo XIX, cuando se presentaban caídas del ahorro y no se sabía de donde provenían. Las economías quedaban expuestas a caídas y al deterioro del crecimiento económico, y más del sistema en su conjunto.
En las economías de oferta los países estaban expuestos a caídas de la actividad productiva. La solución está en modelos externos que no siempre se pueden aplicar. La producción cae, el ahorro se reduce, y se refuerzan.
El ahorro se encuentra por debajo de la inversión, y se requiere aumentarlo por encima de la inversión. Para superar esta situación es necesario aumentar el ahorro con la devaluación drástica del tipo de cambio y la reducción del déficit fiscal y en cuenta corriente de la balanza comercial. Los hechos se han encargado de demostrar que las soluciones que bajan el ahorro son ineficientes e insostenibles.
