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El mercado no conduce a la mayor eficiencia y deteriora la distribución del ingreso. La mejor opción se alcanza cuando el Estado interviene para elevar el ahorro. No es una predicción, ni una adivinanza, sino un hecho factual. Los países que más crecen son los que más avanzan en la distribución del ingreso y registran mayores tasas de ahorro.
Ocampo deja un estado de alzas de la tasa de interés y revaluación del tipo de cambio que bajan la tasa de ahorro, y, en consecuencia, acentúan el desabastecimiento, elevan la inflación y deterioran la balanza de pagos. Las soluciones de mercado no conducen a la mayor eficiencia y deterioran la distribución del ingreso. La mejor solución se consigue con la intervención del Estado en el mercado para elevar la tasa de ahorro, y especialmente, devaluar el tipo de cambio en forma directa.
La verdad es que Ocampo subió la tasa de interés y revaluó el tipo de cambio. La economía ha quedado en un estado de tasa de ahorro decreciente y deterioro de la cuenta corriente que conducen al colapso. No hay más alternativa que bajar la tasa de interés e intervenir en el mercado de valores para devaluar la moneda en forma directa.
Lamentablemente, el Ministerio de Hacienda y el Gobierno no disponen de amplias facultades administrativos para realizar la tarea. La operación implica movimientos monetarios que pueden ser objetados por los miembros de la junta del Banco de la República.
El panorama descrito se verá dificultado con los programas sociales de salud, pensiones ajustes salariales y adquisición de tierras ofrecidos en la campaña presidencial. La economía está abocada a una reducción de la tasa de ahorro que tiene la manifestación más clara en la suma del déficit en cuenta corriente y fiscal por encima del 10 % del PIB, que no es sostenible.
La economía está abocada a una caída de la tasa de ahorro, que conduce al desabastecimiento, el disparo de la inflación, la revaluación del tipo de cambio y la ampliación del déficit en cuenta corriente. Se configuró una economía en desequilibrio, de menor oferta que de demanda, economía de oferta, de la cual es difícil salir.
Lo cierto es que el país no tiene el modelo que permita conciliar el balance macroeconómico y el social. La economía queda expuesta a una baja tasa de ahorro y revaluación del tipo de cambio que deprimen el crecimiento y deterioran la distribución del ingreso.
La solución, que presentado en forma reiterada, es intervenir en el mercado cambiario para devaluar la moneda en forma directa. El panorama se transformaría. El tipo de cambio se devaluaría, el déficit en cuenta corriente disminuiría y la tasa de ahorro aumentaría. El desabastecimiento disminuiría y la inflación bajaría.
En suma, en el último artículo señalé que no bastaba el cambio de ministro de Hacienda, sino que era necesario el cambio de modelo. Se necesita otro modelo que baje la tasa de interés de referencia del Banco de la República y de los TES e intervenga el mercado cambiario para devaluar la moneda en forma directa.
