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Luego de un proceso creciente de deterioro la economía colombiana se precipitó en recesión de acuerdo con los indicadores. El PIB descendió en el tercer trimestre y todo parece indicar que ocurrirá lo mismo en el cuarto trimestre. La economía entraría formalmente en un estado de estancamiento que no se presentaba en los últimos 30 años.
En el siglo pasado se tenían economías de ahorro sobrante. El ahorro y la producción eran mayores que la inversión y la demanda. La solución la encontró Keynes en los hechos factuales que mostraban que las tasas de ahorro tenderían a crecer con el tiempo. Se requería un modelo que aumentara la demanda efectiva por conducto de la presencia del Gobierno en la economía y de la tasa de interés. En términos prácticos, había que ampliar la inversión para igualar la identidad macroeconómica.
Ahora, se tienen economías de ahorro faltante. El ahorro crece por debajo de la inversión, a tiempo que la producción crece por debajo de la demanda. La solución es bajar la tasa de interés y devaluar el tipo de cambio para incrementar la tasa de ahorro y elevar la producción. Las soluciones de mercado, cómo subir la tasa de interés y revaluar el tipo de cambio, conducen al colapso. Hay que aumentar la demanda de dinero, por ejemplo, bajando la tasa de interés.
En fin, estamos en un sistema de desequilibrio de ahorro menor que la inversión por factores inevitables de la economía que dan lugar a comportamientos que no corresponden a la realidad. El tipo de cambio se revalúa y la tasa de ahorro baja. La solución es un modelo de desequilibrio que baje la tasa de interés, devalúe el tipo de cambio y eleve la tasa de ahorro. Como no se hace, los hechos factuales muestran que el tipo de cambio se revalúa, la tasa de interés sube y la tasa de ahorro declina. La economía se deteriora a todos los niveles. La producción y el empleo decaen, y en el mediano plazo, el crecimiento económico y la distribución del ingreso se deterioran y se refuerzan.
Se requiere un modelo que aumente el capital por encima del producto, es decir, que eleve la tasa de ahorro y la relación capital-producto, y esto no lo hace el mercado. Solo lo puede hacer el modelo económico que aumente la demanda de dinero con respecto a la oferta. Hay que ir más allá del mercado. El mercado conduce a un crecimiento del capital por debajo del crecimiento del producto que es ineficiente. El estado más eficiente se consigue con una intervención que incremente la tasa de ahorro con relación al pasado y, más comprensible, que eleve la tasa de ahorro y la relación capital-producto.
En fin, el mercado conduce a un estado de crecimiento del capital por debajo del producto, que es una situación ineficiente e insostenible. La mejor solución es un modelo que aumente el capital al mismo ritmo o mayor que el producto y, por lo tanto, eleve la tasa de ahorro.
En los países de baja sustitución entre el capital y el trabajo el efecto de la tasa de ahorro sobre la productividad del trabajo es mayor. Este es el caso de Colombia. El ahorro tiene una alta influencia en el crecimiento económico.
