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La igualdad entre la oferta y la demanda agregada, entre el ahorro y la inversión, como lo anticipe reiteradamente, se quebró. La oferta es determinada por el ahorro y el empleo formal, como lo confirman los estudios econométricos, y la demanda por la inversión, y el déficit fiscal y en cuenta corriente.
El cálculo de la oferta se realiza con la información sectorial de empleo y producción, y el de demanda con la información macroeconómica de inversión, y los déficits fiscales y en cuenta corriente. Como la información de la oferta se reporta con demora, el cálculo de la producción se hace con la demanda. Se supone que la oferta y la demanda son iguales. La producción se sobrestima.
La sobrestimación del crecimiento económico conduce a proyecciones por encima de la realidad que aumentan el déficit fiscal y también en cuenta corriente.
No hay más opción que la devaluación de la moneda que eleve la tasa de ahorro, y la reducción el déficit fiscal y en cuenta corriente. Las importaciones año corrido a agosto se incrementaron en 10 % en 2025 con respecto al mismo periodo de 2024. En cambio, las exportaciones crecieron 0,5 %. El déficit de la balanza comercial en dólares a agosto de 2025 ya supera el del año completo en 2023 y 2024. La revaluación del tipo de cambio en el año ha aumentado el desequilibrio externo.
Lo cierto es que la igualdad entre la oferta y la demanda se quebró. La producción es determinada por el ahorro y el empleo formal, y la demanda es determinada por la inversión y el déficit fiscal y en cuenta corriente. En agosto de 2025 el crecimiento anual de la población en edad de trabajar fue 1,4 % y el de la población ocupada 1,7 %, con lo cual la tasa de ocupación se mantuvo fija en 58,4 %.
La solución del sistema no puede resolverse por los procedimientos de libre mercado. Se requiere un modelo, acuerdo o conciliación basado en la elevación de la tasa de ahorro, y la reducción del déficit fiscal y en cuenta corriente. Así las cosas, se provoca la elevación del ahorro que aumenta la oferta, y la reducción el déficit fiscal y en cuenta corriente que reduce la demanda.
Como lo señale en varias columnas, la economía paso de un estado de demanda, ahorro mayor que la inversión, a un estado de oferta, ahorro menor que la inversión. La solución está condicionada a un modelo que devalúe la moneda en forma drástica, eleve la tasa de ahorro, y más, reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente a menos de 5 % del PIB.
Lo que se tiene es un modelo que revalúa la moneda en 30 %, baja la tasa de ahorro 40 % con respecto a la tendencia histórica, y aumenta la suma del déficit fiscal y en cuenta por encima de 10% del PIB, el más alto de la OCDE, y conduce al colapso.
La observación de los hechos factuales revela que la solución es un modelo que haga todo lo contrario, devalúe la moneda, eleve la tasa de ahorro, y reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente.
Al igual que se hizo al comienzo de la actual administración, la solución se pretende con una reforma tributaria que baja el ahorro y, a través de la reducción del crecimiento del producto, aumenta el déficit fiscal y en cuenta corriente.
