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En la última columna señalé que la economía había entrado en un estado de caída del crecimiento económico y de la tasa de ahorro que se refuerzan y tienden al colapso. En consecuencia, recomendé una drástica devaluación de la moneda que elevara la tasa de ahorro e impulsara el crecimiento. Como no se ha hecho, la moneda se revaluó y la tasa de ahorro siguió declinándose. Se entró en un estado de caída de la tasa de ahorro y revaluación que se refuerzan y tienden al colapso. El camino indicado no es otro que la devaluación drástica de la moneda que eleve la tasa de ahorro y sostenga el sistema.
La devaluación solo se puede realizar con la intervención en el mercado cambiario mediante el sistema de tipo de cambio fijo regulado por el Banco de la República o con tipo de cambio flexible en que el Banco de la República adquiera dólares en el mercado de divisas.
La moneda se revaluó en 2023-2025 por los movimientos de capitales positivos ocasionados por la balanza de pagos a través del endeudamiento y la inversión extranjera, que contrarrestaron el déficit en cuenta corriente y ocasionaron entradas de divisas.
En cualquier caso, se plantea el uso de los poderes cambiarios concebidos por Robert Mundell para realizar la devaluación dentro de un marco de crecimiento. Si esta intervención no se hace, la economía experimentaría un declive de la tasa de ahorro que precipitaría un estado de estancamiento con inflación.
No hay otro camino que la devaluación drástica que eleve la tasa de ahorro y reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente. La verdad es que el modelo económico imperante ocasiona un estado de ahorro menor que inversión, que no es sostenible. Solo se puede enfrentar con un modelo económico que eleve el ahorro, como sería la devaluación de la moneda o la reducción del déficit fiscal, ya por la vía monetaria o cambiaria.
La verdad es que el país adolece de una seria deficiencia de ahorro por factores que vienen de atrás y solo se pueden corregir con medidas de austeridad, como serían la devaluación de la moneda y la reducción del déficit fiscal en cuenta corriente.
Curiosamente, las soluciones requeridas para enfrentar la deficiencia de ahorro, ahorro menor que la inversión, son similares a la que aplicaron los Tigres Asiáticos para alcanzar estados de crecimiento cércanos a 10 % con equidad, nunca antes vistos, conformando superávits en la cuenta corriente de la balanza de pagos y reduciendo el déficit fiscal.
Los estudios realizados en el último siglo muestran que el ahorro y el empleo formal son los principales determinantes del crecimiento económico y ahora el crecimiento se pretende sostener bajando el ahorro. Lo que se requiere es aumentar el ahorro con la intervención cambiaria que devalúe la moneda y la reducción del déficit fiscal y en cuenta corriente.
Como lo advertimos repetidamente la economía se encuentra en un estado de economía de oferta, ahorro menor que la inversión, que solo se puede superar con la devaluación drástica de la moneda que he recomendado en forma reiterada.
