En la última columna señalé que para enfrentar la deficiencia de ahorro se requiere un modelo de desequilibrio que devalúe la moneda y reduzca la tasa de interés. También se puede realizar con la reducción del déficit de cuenta corriente mediante la sustitución de las importaciones que aumentaría la producción de bienes industriales, incluyendo subsectores con contenido tecnológico como los químicos y el automotor.
La revaluación de la moneda y la reducción del ahorro se intenta contrarrestar con un modelo de equilibrio que las agrava, cuando lo que se requiere es un modelo de desequilibrio que devalúe la moneda y suba el ahorro.
Durante más de dos años he señalado que no hay más camino que la devaluación de la moneda que eleve la tasa de ahorro. He reiterado que la solución es el modelo de desequilibrio que intervenga el mercado cambiario o monetario, suba el ahorro, y así eleve el crecimiento del producto nacional y el empleo.
En el fondo se incurrió en el despropósito de mantener el ahorro por debajo de la inversión. Lo que se requería era superar la economía de oferta con el ahorro por encima de la inversión, mediante la intervención cambiaria o monetaria. Ni más ni menos, se pretendía normalizar la economía con un modelo de ahorro menor que la inversión.
Dicho en otros términos, se quebró la igualdad macroeconómica. El ahorro y la oferta agregada se pretenden sostener por debajo de la inversión y de la demanda agregada, en contra de la naturaleza y de los principios fundamentales de la ciencia económica.
Los indicadores de la economía se han deteriorado en el déficit fiscal y en cuenta corriente, desempleo, tasa de ahorro y crecimiento del producto. Además, el crecimiento del producto es sobrestimado en los cálculos del DANE que presuponen equivocadamente que la oferta y la demanda se igualan.
La solución es el modelo de desequilibrio que aumente el ahorro por encima de la inversión, eleve la relación capital-producto y coloque la economía en la senda de alto crecimiento con equidad. Como no se hizo, estamos en un modelo que reduce la relación capital - producto, baja la tasa ahorro y contrae el crecimiento del producto nacional.
De acuerdo con el análisis de economía positiva, lo que se requiere es el modelo de desequilibrio que incremente el crecimiento económico con el mayor ahorro, como los Tigres Asiáticos, como lo he recomendado insistentemente en los últimos dos años.
No es nuevo. En el siglo XIX se sintió con severidad que caían las tasas de ahorro, y no se sabía de donde provenían. Luego en el siglo XX se dio por cierto que la deficiencia de ahorro era un problema del pasado que lo corrige el mercado, como lo señale en varios libros y artículos.
La economía no estaría en las circunstancias actuales si se hubiera reconocido que no es posible superar la deficiencia de ahorro con modelos idealistas de mercado. No hay más alternativa que intervenir en el mercado con la devaluación de la moneda que aumente el ahorro. Las bajas tasas de crecimiento registradas desde el 2015 hasta la actualidad son una evidencia de que el ahorro no puede sostenerse por debajo de la inversión.
En este momento no hay más alternativa que la intervención en el mercado cambiario o monetario para revertir el estado de desequilibrio de ahorro menor que inversión, como es la devaluación de la moneda que eleve el ahorro.