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Como lo señale por diferentes medios, la economía colombiana pasó de un estado de economía de demanda, ahorro mayor que la inversión, a una economía de oferta, ahorro menor que la inversión. La solución está condicionada a un modelo que devalúe la moneda en forma drástica, eleve la tasa de ahorro, y más, reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente a menos de 5% del PIB.
El Gobierno pretende remediar el estado de ahorro menor que la inversión con una reforma tributaria inspirada en el impuesto al capital de Piketty que presupone una alta sustitución entre el capital y el empleo y es controvertido por los estudios econométricos que confirman que el ahorro es el principal determinante del crecimiento económico. Las soluciones que bajan el ahorro son ineficientes, inequitativas e insostenibles. La alternativa es un modelo que devalúe la moneda, eleve la tasa de ahorro, y reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente.
En fin, se requiere un modelo de oferta que, como lo dice su nombre, aumente la oferta y reduzca la demanda, y no un modelo de demanda que baje la oferta y amplíe la demanda.
Las soluciones no resultan de las concepciones de libre mercado que suponen que las ofertas y demandas se igualan en todos los mercados y en el conjunto, la oferta agregada igual la a demanda agregada, sino de las concepciones de la intervención del Estado que reconocen
que las ofertas y demandas no se igualan en todos los mercados, y de ninguna manera en el conjunto, oferta agregada menor que la demanda agregada. Ahorro menor que la inversión.
Los países que más crecen y más avanzan en la distribución del ingreso son los que más elevan el ahorro, y reducen el déficit fiscal y en cuenta corriente. Ahorro igual a la inversión. Tal es el caso de los Tigres Asiáticos que mantienen bajos déficits fiscales, devalúan la moneda y aumentan el ahorro. En cambio, en Colombia la relación ahorro interno/producto se ha reducido de tasas de 20% hace una década a 13% en 2024 y 2025.
Estamos en un mundo en que en unos sectores se igualan las ofertas y las demandas y en otros discrepan. La mejor solución posible se corrige cuando la suma de las ofertas es igual a la suma de las demandas.
La verdad es que la igualdad entre el ahorro y la inversión se quebró, y la igualdad no se puede lograr mediante procedimientos ideales de mercado. No hay otra opción que la amplía intervención en el mercado cambiario o monetario para devaluar la moneda y elevar el ahorro, y en el sector fiscal reducir el déficit fiscal y en el externo disminuir el déficit en cuenta corriente.
Hay que intervenir en el mercado cambiario o monetario devaluando la moneda en forma drástica y reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente, como lo hicieron Japón y los Tigres asiáticos. Se requiere un modelo o acuerdo que devalúe la moneda en forma abierta, eleve la tasa de ahorro, y reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente. Como estamos en un mundo
de oferta y no de demanda keynesiana, la solución no es aumentar la demanda agregada sino ampliar la oferta agregada.
Se configuró un estado de ahorro menor que la inversión, de oferta menor que la demanda, que va en contra de las leyes de la naturaleza, y no es sostenible. La oferta disminuye y la demanda aumenta. Se requiere una abierta intervención en el mercado cambiario o monetario en contra del mercado para aumentar el ahorro y la producción. De otra manera, la economía queda expuesta a una reducción del ahorro y la producción que se refuerzan y la conducen al colapso.
