Cuando una persona abre una cuenta pensional ocasiona un ingreso en la anterior generación a cambio de que la siguiente generación haga lo mismo por ella. Se tienen organizaciones que generan pasivos sin activos definidos. Los ingresos percibidos por las empresas captadoras son mayores que los aportes de los cotizantes incrementados por la tasa de interés del mercado. El país opera desde 1993 con un sistema mixto (ley 100). Colpensiones transfiere la renta a los cotizantes y los fondos privados se las apropian.
La política pensional fue parte de las reformas neoliberales adoptadas en la región para acelerar el crecimiento económico. En conjunto con la represión monetaria de los bancos centrales y las aperturas comerciales provocaron un impulso pasajero de la actividad productiva y un severo daño estructural en la distribución del ingreso. En Colombia el coeficiente de Gini aparece como el segundo más alto del mundo.
En las condiciones actuales del sistema no puede ser más enrevesado. El Gobierno destina $18 billones del presupuesto para pagar las pensiones y mesadas por encima de las cotizaciones incrementadas con la tasa de interés del mercado. Colpensiones dentro de la modalidad de prima media reconoce mesadas iguales a 75 % del salario y los fondos privados iguales a 45% (tasa de remplazo).
La nueva teoría del crecimiento y la distribución señala que el ahorro es el principal determinante del crecimiento. Sin embargo, la elevación del ahorro se propicia con una reducción del salario y de los ingresos del trabajo que deterioran la distribución del ingreso. Lo que se requiere es propiciar el crecimiento y la distribución con conciliaciones que los afectan en la misma dirección.
El sistema pensional es la principal fuente de ahorro del sistema. Las nuevas cuentas constituyen ingresos que solo se gastan en el futuro, y, por lo tanto, son un ahorro neto. Sin embargo, ese ahorro queda en los intermediarios que los absorben y trasladan a los usuarios de mayores ingresos.
La verdad es que las pensiones son ingresos que se ahorran en su totalidad de inmediato. Luego se entregan en una mayor proporción a los sectores de altos ingresos y se acumulan como ganancias de los fondos privados. Así, las rentas sociales son la principal fuente de ahorro y también el principal medio de inequidad porque se trasladan en mayor proporción a los sectores más pudientes.
El sistema pensional fue un artificio económico para elevar el ahorro a cambio de la equidad. El ahorro intergeneracional se traslada a los fondos de pensiones y a los sectores altos para sostenerlo. La corrección de la anomalía significa una reducción del ahorro que acentúa el faltante de la economía y no es sostenible.
El desmonte del sistema significaría una severa reducción del ahorro que interferiría con el crecimiento, y en el mediano plazo, en algún momento, deteriora la distribución del ingreso, y se manifiesta en el aumento del déficit fiscal. De hecho, tendría que enmarcarse dentro de un nuevo modelo que eleve la tasa de ahorro de la economía mediante la reducción del exceso de demanda de dinero y el cambio de la estructura del sector externo hacía actividades de mayor productividad absoluta y demanda.
La solución no es deteriorar la distribución del ingreso para elevar el ahorro, sino cambiar el modelo para elevar el crecimiento y mejorar la distribución del ingreso, dentro de la conciliación del marco fiscal, la política monetaria del Banco de la República, la protección comercial y la transferencia de las rentas sociales.