No es fácil entender las decisiones del Banco de la República. La pandemia dejó en claro el error de la concepción del Banco de la República. La cuarentena y los protocolos ocasionaron una reducción de la tasa de ahorro que desmantelo la economía. El expediente provocó una reducción de la producción y en mayor grado del empleo. El daño se buscó contrarrestar con un aumento del gasto público y ampliación del déficit fiscal a 9% del PIB. Se configuró un monumental exceso de demanda sobre la oferta que precipitó la mayor caída de la producción del siglo. La solución se busca con la baja de aranceles y la entrada masiva de importaciones que desplazan la producción y el empleo y colocan el salario por debajo de la productividad. Así, la baja de empleo y la caída del salario provocan una reducción de los ingresos laborales en el producto nacional. El coeficiente de Gini sube a 0.55, colocando al país entre los más inequitativos del mundo.
Al principio del año señalé la necesidad imperiosa de que el Banco de la República ampliara la base monetaria y el crédito por encima de la demanda, a tiempo que el ministerio de Hacienda elevara los aranceles para reducir el déficit en cuenta corriente y redujera el déficit fiscal. Se hizo lo contrario. El déficit fiscal se elevó a 9% del PIB; los aranceles se redujeron. Las importaciones crecen 60%, el déficit en cuenta corriente se elevó de 3% a 6% del PIB y el no registrado en un porcentaje desconocido; la base monetaria se incrementó 10% y la cartera 7%.
Nada de esto es improvisado. El manejo descrito está fundamentado en la teoría de la neutralidad del dinero de la universidad de Chicago y Milton Friedman que preconiza que el dinero es neutral y solo tiene efectos sobre la inflación. La teoría se aplicó en la Reserva Federal de Estados Unidos sin contemplaciones hasta la recesión mundial de 2008.
Los eventos de la crisis se dieron en todo el globo. Colombia no fue una excepción, y los eventos posteriores constituyeron una clara evidencia de que la concepción monetaria de la neutralidad del dinero y la independencia del banco central no corresponde a la realidad. Sin hacerlo explicito, la Reserva Federal desde hace más de 15 años está comprometida en una política de financiación de los déficits fiscales con emisión y expansión de los agregados monetarios por encima de la inflación.
Lamentablemente Colombia no hizo nada para acomodarse a la evidencia empírica. La junta del Banco de la República, tanto en la pandemia como en la postpandemia, se ha negado a utilizar el dinero para enfrentar la crisis del coronavirus, y también para remediar los errores del pasado. El manejo de la crisis se ha hecho dentro del marco de la neutralidad del dinero. En 2021 todos los agregados monetarios crecen por debajo de la tendencia histórica. El dinero se cauteriza para evitar la inflación en un momento de crisis económica de estancamiento de oferta y desabastecimiento. Es la cuadratura del círculo.
Lo más crítico es que la concepción monetarista requiere operar con un salario por debajo de la productividad, lo cual no es viable luego del deterioro de distribución del ingreso causado por la cuarentena de la pandemia.
La solución al estado actual de la economía es el modelo que eleve el ahorro y sostenga el salario por encima de la productividad mediante reformas en materia monetaria fiscal y cambiaria, composición comercial y sectorial, transferencia de las rentas sociales y política laboral. El primer paso es reducir el déficit fiscal, aumentar el crédito público y privado del Banco de la República, recomponer el sistema arancelario y renegociar los TLC.