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Como lo señalé en la última columna, la falla está en enfrentar un estado de economía en desequilibrio, como es el ahorro inferior a la inversión, con el modelo de equilibrio de Solow que presume que el ahorro es igual a la inversión.
No hay otro camino que un modelo de oferta, que como lo dice su nombre, la oferta es menor que la demanda, el ahorro menor que la inversión. Se confirma que las soluciones que bajan el ahorro son ineficientes, inequitativas e insostenibles.
En términos simples, tenemos una economía de oferta, que repito, como lo dice su nombre, la oferta es menor que la demanda, el ahorro es menor que la inversión, con un modelo, cómo es el de Solow, de ahorro igual a la inversión.
Lo que se requiere es un modelo basado en los hechos factuales que muestran que la tasa de interés sube, el tipo de cambio se revalúa y la tasa de ahorro desciende.
Como no se siguió la recomendación, la economía quedó asediada por un cuantioso déficit en cuenta corriente y una reducción del ahorro que quebró la igualdad entre la oferta y la demanda agregada y entre el ahorro y la inversión. No hay otra opción que la intervención en el mercado monetario para devaluar la moneda y configurar un exceso de demanda sobre la oferta de dinero. De otra manera, la economía se vería abocada a una reducción de la tasa de ahorro que deprimiría la producción y el empleo.
La verdad es que por factores que venían de atrás la economía quedó asediada por un estado de ahorro inferior a la inversión, que no es sostenible. Como lo muestra la información de las cuentas nacionales de primer trimestre, la economía se deteriora a todos los niveles y se dirige a un estado de difícil retorno. La solución es un modelo de desequilibrio que aumente el ahorro por encima de la inversión en contravía del mercado y de la ortodoxia que se resisten a reconocer que el ahorro debe ser mayor que la inversión.
La falla está en los errores conceptuales que llevaron a considerar que el ahorro y el empleo no afectan la producción, en razón de la alta elasticidad de sustitución entre el trabajo y el capital, que es controvertida por la evidencia del último siglo.
La verdad es que se requiere un modelo que baje la tasa de interés, devalúe la moneda y eleve la tasa de ahorro. Lo que se tiene es el modelo de Solow qué hace todo lo contrario, porque supone que el ahorro y el empleo no afectan la producción, en contra de la evidencia de medio siglo. La reducción de la tasa de ahorro ocasiona la contracción de la producción, y luego, está ocasiona la reducción del ahorro. Se genera un círculo vicioso en que tanto la producción como la tasa de ahorro caen y se refuerzan. Se tiene un modelo económico que baja la tasa de ahorro, y lo que se requiere es un modelo económico que eleve la tasa de ahorro, cómo sería la baja de la tasa de interés real y la devaluación de la moneda.
No sobra señalar, los resultados y desaciertos macroeconómicos ocasionan una reducción de la tasa de ahorro que tornan inviables las reformas sociales que por su naturaleza reducen el ahorro. En este momento aparece que el Gobierno no está en capacidad de realizar los programas sociales. En un principio se esperaba que el ajuste macroeconómico redujera el déficit fiscal y ampliara el margen para ampliar los programas sociales. En este momento, las condiciones macroeconómicas constituyen un severo obstáculo para la realización de las reformas sociales, en particular la del sistema de salud, y en menor grado la pensional.
La información macroeconómica revela un quiebre entre la oferta agregada presentada por las fuerzas productivas y la demanda agregada representada por el comercio. La oferta tiende a ser sobrestimada por el procedimiento de cálculo que la asemeja a la demanda. Así mismo, la demanda se sobrestima por las importaciones.
La verdad es que los causales de oferta y demanda no coinciden. El ahorro es menor que la inversión. La oferta agregada es menor que la demanda.
La verdad es que por factores que vienen de atrás la economía quedó asediada por un estado de ahorro inferior a la inversión, que no es sostenible. La economía se deteriora a todos los niveles y se dirige a un estado de difícil retorno. La solución es el modelo que aumente el ahorro por encima de la inversión.
