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En la última columna mostré que la economía venía de un estado de economía de demanda, de ahorro mayor que la inversión, y pasó a un estado de economía de oferta con el mismo instrumental de demanda. Lo que había que hacer es el modelo que devalúa la moneda y eleve la tasa de ahorro, y no se hizo. Se replicó el error del siglo XIX, cuando las economías pasaban de un estado de economía de demanda a otro de oferta, y se pretendían mantener con el mismo modelo de demanda. El ahorro en lugar de aumentar se disminuía.
La economía pasó de un estado de economía de demanda a de oferta con el mismo modelo de economía de demanda. Lo que se requería es un modelo de oferta que elevara el ahorro, y en su lugar, se aplicó un modelo que bajó el ahorro. Se repitió el error del siglo XIX. Cuando la economía pasaba de un estado de economía de demanda a otro de oferta, se pretendía con el mismo modelo de demanda. El ahorro, en vez de aumentar, se disminuía y precipitaba el sistema en colapso.
Durante mucho tiempo sostuve que la economía colombiana había pasado de una economía de demanda a una economía de oferta, de una economía de inversión menor que el ahorro, a una economía de ahorro menor que inversión.
La mejor solución se alcanza cuando el Estado interviene para elevar el ahorro, y también para reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente, es decir, la intervención en el mercado para elevar la tasa de ahorro y aumentar la relación capital-producto, y reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente.
El déficit fiscal en 2025 podría alcanzar 7,2% con la reducción de los ingresos del año pasado que se mantiene este año, y el aumento de los gastos en los rubros de intereses, transferencias de seguridad social y transferencias regionales del Sistema General de Participaciones. La cuenta corriente se ha deteriorado con la revaluación del tipo de cambio y el crecimiento del capital se ha disminuido con la reducción del ahorro.
De tiempo atrás señalé que la igualdad entre la oferta y la demanda agregada se quebró. El ahorro quedó por debajo de la inversión. En razón que el mercado tiende a reducir el ahorro, la economía quedó a la deriva. El ahorro tiende a descender.
No hay otro camino que la acción del Estado para aumentar el ahorro, como sería la intervención cambiaria o monetaria. No se hizo. Y más, se hizo lo contrario. No se cumple la ley de Say, y tampoco las condiciones de equilibrio competitivo de Arrow y Debreu. Lo cierto es que el tipo de cambio se revalúa y la tasa de ahorro declina.
El sistema no funciona con tasa de cambio flexible. Se requiere la intervención en el mercado cambiario, ya con tasas de cambio fijas o política fiscal, para devaluar la moneda y elevar la tasa de ahorro.
El gran desacierto de la economía colombiana está en el intento de reactivar la economía con la revaluación del tipo de cambio, la baja de la tasa de ahorro, y para completar, aumentó del déficit fiscal y en cuenta corriente.
Se requiere un modelo fundamentado en la observación de los hechos factuales, que muestran que el tipo de cambio se revalúa, la tasa de ahorro se desploma y el déficit fiscal y en cuenta corriente asciende al 10% del PIB, el más alto de los países de la OCDE.
Durante mucho tiempo sostuve que la economía colombiana había pasado de una economía de demanda a una economía de oferta, de ahorro mayor que la inversión a una economía de ahorro menor que la inversión, que no es sostenible
La solución se logra cuando el Estado interviene para devaluar la moneda, elevar la tasa de ahorro, reducir el déficit fiscal y en cuenta corriente, y subir la relación capital-producto.
