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En la actualidad, se tiene un modelo de equilibrio para enfrentar una economía en desequilibrio, como es subir la tasa de interés, revaluar la moneda, y así bajar la tasa de ahorro. Lo que se requiere es un modelo de desequilibrio que devalúe la moneda, y así suba la tasa de ahorro. Incluso, se puede realizar con un modelo de sustitución de importaciones que reduzca el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, e incremente la producción de bienes industriales aprovechando el mercado interno.
La verdad es que el país pretendía contrarrestar un estado de revaluación de la moneda y baja de ahorro con un modelo que lo agrava. Lo que se requiere es un modelo que devalúe la moneda, y así eleve la tasa de ahorro.
Como lo señalé repetidamente durante más de dos años, no hay más camino que la devaluación de la moneda para que eleve la tasa de ahorro. En la última columna expliqué que la solución es el desequilibrio que intervenga en el mercado cambiario y monetario, suba la tasa de ahorro y así se eleve el crecimiento del producto nacional y el empleo.
En el fondo, se incurrió en el serio desajuste de mantener el ahorro por debajo de la inversión. Lo que se requería era superar la economía de oferta con el ahorro por encima de la inversión, mediante la intervención cambiaria o monetaria. Ni más ni menos se pretendía normalizar la economía con un modelo de ahorro menor que la inversión.
Dicho en otros términos, se quebró la igualdad macroeconómica. El ahorro y la oferta agregada se pretenden sostener por debajo de la inversión y de la demanda agregada, en contra de la naturaleza. El propósito es controvertido por los hechos. La experiencia de los Tigres Asiáticos de los últimos cuarenta años revela que los países que registran las mayores tasas de ahorro son las que más crecen. La relación capital-producto y el crecimiento del empleo son los principales determinantes del crecimiento económico.
Se quebró la igualdad entre la oferta y la demanda agregada. La producción tiende a ser sobrestimada en los cálculos del DANE que presuponen equivocadamente que la oferta y la demanda se igualan. El crecimiento del producto nacional es muy inferior al reportado por el DANE; el estancamiento de la economía es mucho mayor que el registrado en los reportes oficiales. Lo grave es que las deficiencias en el diagnóstico han generado un deterioro creciente de la economía. La moneda se revalúa, la tasa de ahorro declina, y el déficit fiscal y en cuenta corriente se amplía.
La solución es el modelo que devalúe la moneda y eleve la tasa de ahorro, y reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente. Se requiere el modelo de desequilibrio que aumente el ahorro por encima de la inversión, eleve la relación capital-producto y coloque la economía en la senda de alto crecimiento con equidad.