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Estamos en una economía de oferta desde hace más de diez años, se acentuó en los últimos tres años y se agravó con una disminución de la tasa de ahorro. La elevación de la tasa de ahorro aumenta la relación capital-producto y, para complemento, aumenta el crecimiento del producto nacional, lo que asemejaría la economía colombiana a las condiciones de las economías asiáticas que consiguieron reducir la brecha entre el crecimiento del capital y el producto nacional, y así elevar el crecimiento económico y mejorar la distribución del ingreso.
La economía por diversos aspectos se vio abocada a un severo deterioro de la tasa de ahorro que experimentó una caída de 0,3 a 0,2 (35 %) en los últimos 3 años que provocó un deterioro en la economía a todos los niveles. Lo que se requiere es un modelo económico de soluciones concretas que reduzcan la brecha de crecimiento del capital y el producto nacional.
El error histórico de no remediar la reducción de la tasa de ahorro que venía de atrás llevó a la crisis actual que sigue siendo manejada con el equilibrio de Nash, en que todos pierden, o por lo menos la mayoría. Se requiere una acción exógena para el crecimiento del capital.
En la práctica, no es otra cosa que el modelo que baje la tasa de interés real, devalúe la moneda y así eleve la tasa de ahorro, y con ello, reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente.
La prescripción no resulta del mercado que no es proclive al ahorro. No hay más opción que un modelo, cómo sería la modificación del régimen cambiario, qué eleve el ahorro y en consecuencia la inversión.
La solución se consigue con un modelo que eleve el ahorro y reduzca el déficit fiscal y en cuenta corriente. En la práctica, sólo se puede lograr con un modelo basado en las condiciones propias de la economía. Es indispensable bajar la tasa de interés e intervenir en el mercado cambiario o el monetario, para devaluar la moneda en forma directa.
La economía experimentaría una elevación de la tasa de ahorro que despejaría el panorama. Saldría del equilibrio de Nash en que la tasa de ahorro declina, la producción cae y todos pierden. Si este ajuste se acompaña de una reducción drástica del déficit fiscal, en especial en la sobrefacturación de los ingresos tributarios, y el déficit en cuenta corriente, el panorama se modificaría radicalmente. La economía entraría en un estado de elevación de la tasa de ahorro que cambiaría radicalmente las condiciones del sistema. El crecimiento económico y la distribución del ingreso solo se pueden lograr con un modelo económico que se aparte de las condiciones ideales de mercado, y en consecuencia proceda a aumentar el crecimiento del capital por encima del crecimiento del producto, cómo lo hicieron con éxito ampliamente reconocido los países asiáticos.