Cero y van dos. Hace cuatro años perdimos la oportunidad de elegir a un candidato que no llevara a millones de ciudadanos a votar “en contra de” un aspirante y no en favor de quien consideraba la mejor opción. Hoy el panorama electoral no es muy diferente. El llamado centro nuevamente perdió una oportunidad histórica de convocar a los colombianos a apoyar una opción que paradójicamente se llamó la Coalición de la Esperanza. Una esperanza que se frustró principalmente por la disputa de egos entre algunos miembros que la conformaban. También por la imposibilidad de llegar a acuerdos de mecánica electoral y sobre los apoyos políticos...
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