Esta expresión se utiliza en algunas ocasiones para indicar que tener o hacer puede dar mejores resultados. En otras palabras, puede contribuir a mejorar la calidad, efectividad y eficiencia de las acciones y a mejorar la comprensión de lo que se desea transmitir. Esto podría aplicarse a los cerca de cincuenta precandidatos que aspiran a la presidencia de la República en 2026, para no hablar de los que los que aspiran a ser elegidos al Congreso.
Muchos dirán que esto fortalece la democracia; en algunos casos, muchos candidatos pueden ser una muestra de pluralismo y participación. Sin embargo, que haya muchos aspirantes compitiendo en unas elecciones puede ser perjudicial por varias razones. Entre otras, la excesiva fragmentación del voto, lo que puede hacer que gane una persona con muy pocos votos o con una diferencia muy pequeña con los del segundo. Esto es particularmente preocupante cuando en época preelectoral se promueve, sin fundamentos, un discurso para poner en duda la transparencia de los comicios, como lo hecho en varias ocasiones el presidente Gustavo Petro.
Demasiadas opciones también dificultan la toma de decisiones de los votantes, produce confusión sobre las diferencias entre propuestas, debilitando el debate programático. En contextos donde el voto se dispersa mucho, candidatos radicales o populistas con así sea aparentemente con pocas posibilidades, pueden avanzar o incluso ganar. Además, dificulta la formación de alianzas estratégicas, coaliciones claras y estables, que son muy importantes, no solamente para el gobierno, sino para la oposición.
Esto también sucede cuando hay demasiados candidatos, especialmente sin coaliciones claras, porque los partidos o movimientos pierden fuerza al no unirse en torno a una figura común. Además, debilita la competitividad frente otras candidaturas. Lo que sucedió en 2022 con los fallidos intentos para llegar a acuerdos entre varios precandidatos, como una alternativa a los candidatos que finalmente se presentaron a las elecciones, debe ser un ejemplo de lo que no debería volver a pasar. Los aspirantes deben dejar atrás los egos y pensar en el país.
Los sectores de oposición y los llamados independientes pueden ser los más perjudicados. Cuando muchos candidatos compiten contra un mismo gobierno o partido dominante, disminuyen las posibilidades de una verdadera alternancia de unidad. En este caso, más debería convertirse en menos puede repetirse.
Demasiados candidatos diluyen y debilitan la democracia. Los partidos y movimientos políticos y sus directivos tienen la responsabilidad con sus seguidores de evitar la dispersión, y los aspirantes que se inscriban por firmas no pueden ser ajenos a esta responsabilidad. En los comicios del 2026, claramente menos es mejor que más.
Nota. Para quienes tienen hijos preadolescentes y adolescentes y que valoran la democracia, si eso es posible, les recomiendo que compartan con ellos el libro de Joël Dicker, La muy catastrófica visita al zoo. Un libro muy divertido que, en palabras del autor, es para todos los lectores y todas las edades.