No se requería “bola de cristal” para visualizar que una vez promulgadas las listas del Centro Democrático serían revisadas con lupa para escudriñar hasta el último lunar en la vida de sus integrantes. Desde luego, no se descartaban las infamias.
Y los primeros en poner el grito en lo alto fueron los expresidentes Samper y Pastrana, al censurar la presencia de José Obdulio Gaviria en la lista del Senado, entre otras disculpas, por haber sido pariente de un narcotraficante. Qué curioso, Samper, el aliado de los Rodríguez Orejuela, censurando a Gaviria por “vínculos de sangre”; y Pastrana quien, al igual que Gaviria, tampoco tiene la culpa de tener familiares involucrados en narco-negocios. Ahora, no se entiende porqué los expresidentes nunca denunciaron a Gaviria por las otras “imputaciones” que le hacen.
Después apareció el de siempre, el señalado Coronell, con la primera de muchas columnas que dedicará a los integrantes del Centro Democrático. En esta oportunidad, el espacio no le dio sino para mancillar el nombre de tres personas. A Sonia Navia, por haber vivido con su esposo en una “bella hacienda” de propiedad del Estado. Pero no dijo que la granja estaba deteriorada y que fue entregada por el Ica a Fedepapa porque la entidad no podía mantenerla; ni contó que al esposo - ingeniero Álvaro José Mosquera- fue administrador de la granja y que allí existe una casa para la residencia del mismo.
Una segunda víctima del señalado Coronell, es el médico Faruk Urrutia, de quien dice que tiene un proceso disciplinario “…en espera de cierre”, dejando una malintencionada duda. En este caso el columnista no alcanzó a averiguar que sobre el doctor Urrutia no pesa ninguna sanción de los organismos de control; ni que la única investigación –disciplinaria- que se le adelantó fue archivada.
El tercero en el paredón de la infamia, es Luis Fernando Caicedo, de quien recicla los “refritos” de la campaña a la gobernación del Tolima. Dice que Caicedo tiene cuatro “investigaciones abiertas” en la Procuraduría, y resulta que solo hay una, para cierre. Que tiene “ocho” denuncias en la Fiscalía, pero solo hay una por injuria y calumnia, de la campaña pasada; y seguramente se refiere a otras dos, una de un señor de nombre Luis Eduardo Caicedo y, otra de un homónimo que trabajó en la Aeronáutica Civil.
Y, Coronell, en su noticiero privado del Canal Público, mancilló el nombre de una dama monteriana. Dijo que una hermana de Daniel Cabrales, integrante de la lista, estaba casada con un hermano de Mancuso. Pues resulta que la única hermana de Cabrales se ha casado una sola vez y con el señor Jaime Berardinelly.
Samper, Pastrana y Coronell, ‘ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio’. Por ahora no hay espacio para referirnos al tema.
ADENDA Ofrezco disculpas por citar asuntos personales: dicen que en próximos ataques del señalado Coronell dedicará amplio espacio a supuestas falsedades académicas del suscrito. Respondo por anticipado: si encuentra un solo documento falso renuncio a mi postulación en la lista.
@emaciastovar
No se requería “bola de cristal” para visualizar que una vez promulgadas las listas del Centro Democrático serían revisadas con lupa para escudriñar hasta el último lunar en la vida de sus integrantes. Desde luego, no se descartaban las infamias.
Y los primeros en poner el grito en lo alto fueron los expresidentes Samper y Pastrana, al censurar la presencia de José Obdulio Gaviria en la lista del Senado, entre otras disculpas, por haber sido pariente de un narcotraficante. Qué curioso, Samper, el aliado de los Rodríguez Orejuela, censurando a Gaviria por “vínculos de sangre”; y Pastrana quien, al igual que Gaviria, tampoco tiene la culpa de tener familiares involucrados en narco-negocios. Ahora, no se entiende porqué los expresidentes nunca denunciaron a Gaviria por las otras “imputaciones” que le hacen.
Después apareció el de siempre, el señalado Coronell, con la primera de muchas columnas que dedicará a los integrantes del Centro Democrático. En esta oportunidad, el espacio no le dio sino para mancillar el nombre de tres personas. A Sonia Navia, por haber vivido con su esposo en una “bella hacienda” de propiedad del Estado. Pero no dijo que la granja estaba deteriorada y que fue entregada por el Ica a Fedepapa porque la entidad no podía mantenerla; ni contó que al esposo - ingeniero Álvaro José Mosquera- fue administrador de la granja y que allí existe una casa para la residencia del mismo.
Una segunda víctima del señalado Coronell, es el médico Faruk Urrutia, de quien dice que tiene un proceso disciplinario “…en espera de cierre”, dejando una malintencionada duda. En este caso el columnista no alcanzó a averiguar que sobre el doctor Urrutia no pesa ninguna sanción de los organismos de control; ni que la única investigación –disciplinaria- que se le adelantó fue archivada.
El tercero en el paredón de la infamia, es Luis Fernando Caicedo, de quien recicla los “refritos” de la campaña a la gobernación del Tolima. Dice que Caicedo tiene cuatro “investigaciones abiertas” en la Procuraduría, y resulta que solo hay una, para cierre. Que tiene “ocho” denuncias en la Fiscalía, pero solo hay una por injuria y calumnia, de la campaña pasada; y seguramente se refiere a otras dos, una de un señor de nombre Luis Eduardo Caicedo y, otra de un homónimo que trabajó en la Aeronáutica Civil.
Y, Coronell, en su noticiero privado del Canal Público, mancilló el nombre de una dama monteriana. Dijo que una hermana de Daniel Cabrales, integrante de la lista, estaba casada con un hermano de Mancuso. Pues resulta que la única hermana de Cabrales se ha casado una sola vez y con el señor Jaime Berardinelly.
Samper, Pastrana y Coronell, ‘ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio’. Por ahora no hay espacio para referirnos al tema.
ADENDA Ofrezco disculpas por citar asuntos personales: dicen que en próximos ataques del señalado Coronell dedicará amplio espacio a supuestas falsedades académicas del suscrito. Respondo por anticipado: si encuentra un solo documento falso renuncio a mi postulación en la lista.
@emaciastovar