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Rabo de paja

“Apártense vacas que la vida es corta”

Esteban Carlos Mejía
11 de enero de 2025 - 05:05 a. m.
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“Aquí y ahora digo que 'Cien años de soledad' también es obra mía”: Esteban Carlos Mejía
“Aquí y ahora digo que 'Cien años de soledad' también es obra mía”: Esteban Carlos Mejía
Foto: Cromos

Cuando leí Cien años de soledad por primera vez yo era un adolescente. Tenía 15 ó 16 años y su lectura fue una experiencia erótica inolvidable.

La literatura es una mímesis, una “imitación de la naturaleza” o de la sociedad, una rehechura de realidades e hipo realidades. Es una faena al alimón, conjunta o bipartita entre un escritor y un lector. El autor elabora o escribe una creación según su propio albedrío y el lector la lee o, por tanto, la (re)interpreta conforme a sus habilidades y capacidades. Este proceso es íntimo, personalísimo, intransferible: cada cual lee a su modo.

Eso hice yo, por ejemplo, cuando esa prima vez me topé con la hija de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad, misiá Remedios, la bella. Era hermosa, ingenua o candorosa, una criatura del otro mundo en la aspereza de Macondo, tan divina y pura que subió a los cielos en cuerpo y alma. Como típico púber paisa, ahí mismo me la imaginé, la (re)creé como Ornella Muti, la bomba sexy de ese momento. El papel puede con todo y la imaginación de un lector va incluso más allá. Siempre.

Mantuve esa imagen de Remedios, la bella, hasta muchos años después cuando, ya adulto, ya padre de tres, me estaba achicharrando una mañana de calor y humedad en una gasolinera en las afueras de San Onofre, Sucre, y por la calle destartalada vi pasar frente a mí a una muchachita del pueblo, vestida con un balandrán de tela cruda, en chanclas, cándida o apática, displicente, sutil, impalpable. Iba a o venía de comprar leche y caminaba con la cadencia tierna o dulce de una canción de Francisco, el Hombre, y de un vallenato de Rafael Escalona. ¡Esta es la verdadera Remedios, la bella!, exclamé en voz baja para mí. ¿De dónde más iba a sacar Gabriel García Márquez una beldad tan auténtica como esa humilde y hermosa doncellita sino de su experiencia vital en un territorio tan mágico como la Costa? ¿Ornella Muti? Yo había estado desvariando durante décadas.

Así me pasó con otras criaturas de la novela. Nunca me enredé con la genealogía de los Buendía, pues mi niñez transcurrió en San Jerónimo del Apocalipsis entre dos o tres familias con incontables parientes de nombres iguales o parecidos, Juan Bautista, José Domingo, y apellidos que se intercalaban sin sonrojo. No sabía cómo era o qué eran los alcaravanes ni los castaños, así que me las agencié como pude. Tampoco sabía sánscrito, el impenetrable idioma de Melquíades. Ningún problema. Insisto: el autor crea, el lector recrea. A Úrsula Iguarán le puse el delantal de mi abuela, mamá Julia. La mansedumbre de José Arcadio Buendía se me parecía a la de mi padrino de bautismo, mi tío abuelo Mingo Granados. Me imaginé a Fernanda del Carpio como lo que era, una arpía frígida, obscena, repelente. Me encalambré hasta el delirio con los coitos cuasi inverosímiles de Amaranta Úrsula y Aureliano Babilonia entre los estertores de una estirpe dizque condenada a cien años de soledad.

Aquí y ahora digo que Cien años de soledad también es obra mía. Nada ni nadie podrá arrebatarme a mi coronel Aureliano Buendía, sin bigote ni sombrero, con los sobacos empedrados de golondrinos camino al pelotón de fusilamiento. Nada ni nadie, mucho menos los blacamanes de Netflix, diosas y/o dioses castiguen su osadía de pordebajear un universo incomparable hasta volverlo una apocada caricatura audiovisual.

Rabito: “Apártense vacas que la vida es corta”. Aureliano Segundo en Cien años de soledad. Gabriel García Márquez. 1967.

@EstebanCarlosM

 

Hugo(4878)Hace 14 horas
Ah, Ornella Mutti... Recuerdo sabroso, gracias al Columnista libidinoso...
Mario(196)12 de enero de 2025 - 02:55 a. m.
Muy agradable este escrito de hoy. mi opinion hace unos anhos es que tanto releer y hablar de GM distrae a los lectores y les quita tiempo que podrian emplear leyendo a los nuevos escritores nacionales. Apartate vaca que hay mucho mas que leer. Pero netflix no compite con la lectura, tiene su propio espacio y por su puesto, hay libros de libros.
  • Bancho(36704)Hace 20 horas
    Mar: tú lo has dicho. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
  • Bancho(36704)Hace 20 horas
    Mario: gracias por su opinión. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
  • Mar(60274)12 de enero de 2025 - 04:02 a. m.
    ¡Mejor aprovechado el tiempo que leer 100 años de soledad, no hay!
Carlos(12335)12 de enero de 2025 - 02:23 a. m.
Buena columna. Igual Ornella Muti hizo parte de mis sueños húmedos. De pronto era Remedios la Bella que retorno a este mundo.
  • Bancho(36704)Hace 20 horas
    Carlos: ¡jajajaja! No, Remedios, la bella, se quedó en los cielos... con las sábanas de Fernanda del Carpio, creo yo. Gracias y abrazos. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
Contrapunteo(18670)12 de enero de 2025 - 01:38 a. m.
Muy acertada su columna, uno de los pocos que escribe sobre la importancia, más que de ver la serie, releer a G. García Márquez y su obra cumbre. Los flojos y perezosos que no la han leído, pues que vean la tal serie. Muchos jóvenes y no tanto, encontrarán una obra perfecta, donde cada palabra es mejor que la anterior. Por algo G. García Márquez no quiso que se llevara al cine Mejillón, a sus hijos les gusta el billete, son ricos y buena vida, les importa un carajo la obra.
  • Bancho(36704)Hace 20 horas
    Contrapunteo: Dices muchas verdades. Gracias plenas y abrazos totales. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
Mario(8676)11 de enero de 2025 - 10:55 p. m.
Maestro Eseban, usted sabe mucho, muchísimo de literatura. Pero poco de cine. Los jóvenes que vean la serie ( por lo menos los 8 capitulos iniciales), van a poder leer el libro mas facilmente que nosotros, los viejos, que lo hemos leido tres o mas veces, Lo de la imagen que el lector hace del personaje leido, si, es cierto. El problema con Ornella Muti es que a muchos nos sucede: la seguimos viendo en todas partes. Ufff.
  • Bancho(36704)Hace 20 horas
    Mario: creo lo mismo que usted. El que vea la serie, no leerá la novela. Todo lector necesita imaginación, memoria y un buen diccionario, decía Vladimir Nabokov. Para ser televidente sólo hace falta un sofá cómodo, ¡ja, ja, ja! Gracias por su comentario y abrazos totales. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
  • Bancho(36704)Hace 20 horas
    Mar: muy bien dicho. Gracias plenas y abrazos totales. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
  • Mar(60274)12 de enero de 2025 - 12:03 a. m.
    No creo eso, el libro es mágico y si ven la película creen que ya leyeron el libro y nunca sabrán lo que se perdieron, claro que así no existiera la película, posiblemente tampoco leerían el libro.
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