Hace poco estuve en una charla con José Zuleta, el entrañable escritor caleño. Palabra más, palabra menos, Pepe dijo que la página 70 de un libro es decisiva para saber y sentir si el texto se cae o no. Quedé en shock y salí corriendo para la casa a ver cómo diablos era la vuelta. Revolqué mi desarreglada biblioteca y me topé con varias joyas.
Primero las damas. En la página 70 de Era como mi sombra (Alfaguara, 2023), de Pilar Lozano, estremecedor relato sobre los niños campesinos en el conflicto armado colombiano, un chiquillo cuenta que “allá el tiempo para jugar se acaba”, en donde allá es la infamia de la guerra. Ni más ni menos.
El narrador de Escrito en la piel del jaguar (Lumen, 2023), novela de Sara Jaramillo Klinkert sobre las disparidades o contrariedades de un par de vidas humanas, palpita en la 70: “Nunca podía estar seguro de los sentimientos que le atravesaban la cabeza, lo que la convertía en una mujer frente a la cual no se podía rebajar la guardia”.
Los aparecidos (Alfaguara, 2023), de Óscar Godoy Barbosa, narra una asombrosa ficción de espantos y paisajes, como lo confirma su página 70: “—Ramón te manda decir que no desprecies al hombre del río. Que de pronto su historia es más verdadera de lo que piensas”. Tal cual.
Mester de brevería (Ediciones Gato Negro, 2023) es el hermosísimo homenaje de Triunfo Arciniegas a los mesteres de clerecía y de juglaría. Su página 70 es tétrica e impecable: “En el patio del castillo, los sirvientes cosen los párpados de los halcones del señor para acostumbrarlos a la noche de la caperuza”. ¡Oh, diosas y/o dioses!
Octavio Escobar Giraldo publicó en Seix Barral, año 2022, una novela política, nunca panfletaria, sobre el asesinato de 6.402 inocentes entre 2002 y 2008 por el Ejército de Colombia, bajo el comando supremo del Gran Canalla Álvaro Uribe Vélez: los “falsos positivos”. Se llama Cada oscura tumba y en la página 70 la verdad aparece con lucidez en la voz de un personaje: “El calificativo de positivo termina obrando un efecto perverso. Parece que no se estuviera hablando de homicidios, de ejecuciones extrajudiciales. Es el eufemismo enmascarando la impunidad”.
Y Pepe Zuleta en su novela autobiográfica Lo que no fue dicho (Seix Barral, 2021) mete en la página 70 a una de las cofradías más tenebrosas del último medio siglo en Colombia: Tradición, Familia y Propiedad. “Nos llamó la atención que vistieran saco y corbata, como si fueran para una boda o una graduación. Sostenían en sus manos estandartes, banderines y una imagen de la Virgen María… ¡Contra el comunismo!”.
Ya qué, pensé y, por no dejar, busqué la página 70 de mi más reciente novela, Lo que me trajo tu maldad (Seix Barral, 2023). ¡Válgame, Dios! Está en blanco… ¡Pura y casta!
Rabón: Zuleta y yo estamos tratando de imponer el hashtag #LoQueLoQue. Pérdidas. Por ahora.
Rabito: Excelente la Feria del Libro de Villavicencio, bajo la dirección de Jaime Fernández Molano, de Entreletras, con el apoyo de sumercé Edith Agudelo en Corcumvi. ¡Larga vida!
Rabillo: Efecto Pigmalión: “Se obtiene lo que se desea”. Alguna vez, aquí mismo en esta columnata, me atreví a sugerir que, a la muerte de Javier Marías o Xavier I, el rey de Redonda, territorio literario sinigual, debería ser Juan Gabriel Vásquez. A pesar de las consabidas intrigas palaciegas, ahí vamos sin prisa ni pausa, ¡creyentes de la página 70!
Rabico: La apneísta Sofía Gómez Uribe es una reina, qué digo, una emperadora, mejor dicho, una emperatriz, óiganme a mí, una diosa…