Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hamás (fuerza o valentía en español) es una organización político-militar, musulmana, sunnita, belicosa y sanguinaria. Su nombre es el acrónimo* de Harakat al-Muqáwama al-Islamiya (Movimiento de Resistencia Islámica). Se autoproclama yihadista* radical. Objetivo: establecimiento de un Estado palestino soberano e independiente, con Jerusalén como capital, en la región histórica de Palestina, o sea, en los territorios de Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, lo que en la época de su lucha independista los judíos llamaban Eretz Yisra’el, esto es, la Tierra de Israel.
En 2006 Hamás obtuvo la mayoría en las elecciones para la Autoridad Nacional Palestina. Al año siguiente, expulsó de Gaza a su rival Fatah (apertura, conquista o victoria, en español), grupo de Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). La discreta Wikipedia sintetiza esta carnicería entre hermanos como “la batalla de Gaza”. Desde entonces, Hamás domina la Franja en contra de todo el mundo y pretende la eliminación de los infieles: judíos, católicos, evangélicos, hindúes, agnósticos, librepensadores, ateos felices, es decir, la liquidación de aquellos que no creen (no creemos) en el islam, vocablo que en español significa sumisión a Alá, ni más ni menos.
Benjamín “Bibi” Netanyahu es un político israelí, belicoso y sanguinario. Ha sido primer ministro de Israel seis veces y hoy encabeza la guerra contra Hamás, desencadenada por la incursión terrorista en terrenos israelíes el pasado 7 de octubre. Excapitán de las Fuerzas de Defensa, graduado del Massachusetts Institute of Technology y líder del partido de derecha Likud (La Consolidación), se caracteriza por buscar e implantar soluciones de fuerza dentro y fuera de su país. Ha reaccionado con “mano firme, corazón grande”, o sea, a sangre y fuego contra Gaza.
Hamás y Netanyahu son la expresión de dos “extremismos simétricos”, concepto del historiador Jorge Orlando Melo para explicar algunos de los problemas de Colombia: fanáticos de extremos opuestos, convencidos de que sólo el exterminio del adversario garantizará la realización de sus propias utopías.
Si quieren paz en Medio Oriente, los pueblos de Israel y Palestina deben librarse lo más pronto posible de los sectarios que los conducen a una incontrolable lucha armada. ¡No más Netanyahu en Israel! ¡No más Hamás en Palestina! A mi juicio, ese es el camino para la paz. De lo contario seguirá imponiéndose la realpolitik* y la violencia recrudecerá con miles de muertos, heridos, viudas, huérfanos, destrucción, caos, odio, miseria y rencor.
Rabito: “Debemos rebelarnos contra la guerra; lisa y llanamente, no podemos soportarla; no es una repugnancia meramente intelectual y afectiva, sino que, para nosotros, pacifistas, es una intolerancia constitucional”. Sigmund Freud a Albert Einstein, 1933.
Rabillo: “Al·lahu-àkbar: Alá es el más grande”. Declaración de fe del islam.
Rabico: “Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe”. Éxodo, capítulo 21, Reina Valera 1960.
Vademécum:
*Yihadista: partidario de la yihad o guerra santa islámica.
*Acrónimo: Sigla cuya configuración permite su pronunciación como una palabra.
*Realpolitik: “Política o diplomacia basada en consideraciones de circunstancias y factores dados, en lugar de nociones ideológicas o premisas éticas y morales”. Wikipedia.
@EstebanCarlosM
