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1) Dijeron que el FBI iba a investigar la explosión en el cuartel de Cúcuta. ¿Esos manes siquiera fueron a escarbar? ¿Encontraron la aguja en el pajar? ¿Qué hallaron? ¿Mucho, poquito o nada? ¿Desecharon la hipótesis de un autoatentado? ¿Por qué el Gobierno no volvió a hablar del asunto? ¿El FBI aprovechará para indagar los disparos contra el helicóptero presidencial? ¿En ese aparato iban soldados gringos? Si no, ¿ya qué, hijuemíchicas?
2) En diciembre de 2015, Juan Manuel Santos nombró una comisión especial para investigar a la Policía. Fijó un plazo no mayor de 90 días para presentar “un informe detallado con sus hallazgos y recomendaciones”. No hay plazo que no se venza ni deuda que no se pague, asegura la pérfida sabiduría popular. ¿Violaciones, desapariciones y asesinatos de la Policía a hoy, sábado 3 de julio de 2021, son resultado de los descubrimientos y las sugerencias de ese ilustrísimo comité?
3) Me gusta consultar el Diccionario de la lengua española de la honorable Real Academia y cotejar el significado de los vocablos mientras escribo mis columnas. He aquí la definición de “cabecilla”: “Del diminutivo de cabeza. 1. Persona que está a la cabeza de un grupo o facción. 2. desusado. Persona revoltosa y de poco juicio”. ¿Cómo hacemos los civiles para que cabecillas militares y policiales de Colombia entiendan de una vez por todas que las mentiras, falsedades e imposturas sólo sirven para aumentar el desprestigio de sus fuerzas y para ampliar la desconfianza de la ciudadanía? ¿Seguirán siendo belicosos e indolentes?
4) Hace ya casi dos años, el 11 de agosto de 2019, durante un espectáculo de la Feria de las Flores en Medellín, el técnico subjefe Jesús Mosquera y el técnico cuarto Sebastián Gamboa Ricaurte, del Comando Aéreo de Combate # 5 de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), murieron al caer desde el aire (envueltos en las banderas de Colombia y Antioquia) a una pista del aeropuerto Olaya Herrera. Menos de una semana después, la FAC emitió un comunicado al peor estilo de hoy: “Se acudirá a instituciones en el exterior, con amplia experiencia y capacidades investigativas, como el FBI y organizaciones especializadas en investigaciones de accidentes aéreos, para confirmar los hallazgos de las investigaciones adelantadas en Colombia”. ¿El FBI investigó (o concluyó) algo o apenas fue mera bulla de los cabecillas de la FAC? ¿“Sic itur ad astra”? ¿“Así se va a las estrellas”?
5) En las elecciones de 2018, su señoría Álvaro Uribe Vélez sacó 875.554 votos, el más más del mundo entero: 34,83 % de la votación total del Centro Democrático. Ahora, sin resolver su “situación judicial injusta pero grave”, es probable que el presunto caudillo eterno no se lance el año entrante. Eso significaría que, de entrada, su facción tendría un tercio de votos menos que hace cuatro años. Con razón Carlos Felipe Mejía, María Fernanda Cabal o Paloma Susana Valencia buscan la candidatura presidencial de la secta para así no tener que cargar con el lastre de la hecatombe electoral del Senado 2022. “¡Estudien, vagos!”. ¿Coyuntura grave pero injusta?
Rabito: “Solemos equivocarnos al juzgar a nuestros semejantes como si en todo se asemejaran a nosotros. Los hay peores, pero también los hay mejores”. Leonardo Sciascia. Puertas abiertas, 1987.
