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Rabo de paja

Santa Evita, ‘salve regina mater misericordiae’

Esteban Carlos Mejía
30 de noviembre de 2024 - 05:05 a. m.
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“En vida, fue la Señora Abanderada de los Humildes (...) sin embargo, los milicos “le decían ‘esa mujer’"”: Esteban Carlos Mejía
“En vida, fue la Señora Abanderada de los Humildes (...) sin embargo, los milicos “le decían ‘esa mujer’"”: Esteban Carlos Mejía
Foto: EFE - Juan Ignacio Roncoroni

El sábado 26 de julio, a las 20:25 horas de Buenos Aires, Argentina, María Eva Duarte subió a los cielos en cuerpo y alma, enviada allí por su creador, el general Juan Domingo Perón. Tenía 33 años. Un cáncer cervical se la llevó a la inmortalidad en cuestión de meses, aunque se suponía que iba a vivir para siempre en los corazones de millones de descamisados...

En vida, fue la Señora Abanderada de los Humildes, Dama de la Esperanza, Collar de la Orden del General San Martín, Vicepresidenta Honoraria de la Nación, Mártir del Trabajo, Patrona de la provincia de La Pampa, de la ciudad de La Plata y de los pueblos de Quilmes, San Rafael y Madre de Dios. Sin embargo, los milicos “le decían ‘esa mujer’, y en privado le reservaban epítetos más crueles. Era la Yegua o la Potranca, lo que en el lunfardo de la época significaba puta, copera, loca”. Ahora bien, lo que es la vida, ya muerta, se convirtió en regina mater misericordiae, reina madre de misericordia, ni más ni menos. Y en Persona, la inolvidable criatura de una novela también inolvidable, Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez, a punto de cumplir 30 años de publicación con miles de lectores en múltiples idiomas.

Desde entonces el mito de Evita ha crecido “como crecen las sombras cuando el sol declina”, según proclama un versículo tallado en mármol en el pedestal de la estatua ecuestre de Simón Bolívar, alias ‘El Libertador’, en el parque que lleva su nombre en el centro (or downtown) de Medellín, ¡Antioquia!

¿Por qué un mito? “Poco a poco, Evita fue convirtiéndose en un relato que antes de terminar, encendía otro. Dejó de ser lo que dijo y lo que hizo para ser lo que dicen que dijo y lo que dicen que hizo”. Tomás Eloy enumera los elementos de su mitificación en el capítulo “Una mujer alcanza su eternidad”, página 183, de la primera edición en Biblioteca del Sur – Planeta, 1995: 1. Ascendió como un meteoro desde campesina flacuchenta y desabrida a starlet de cine, a Benefactora de los Humildes y a Jefa Espiritual de la Nación: reina, diosa, emperatriz. 2. Murió joven como otros grandes mitos argentinos. 3. Fue la Robin Hood de los años 40 del siglo XX. 4. Perón la amaba con locura. 5. Para mucha gente, tocar a Evita era tocar el cielo. 6. Lo que podría llamarse “relato de los dones”, la narración de sus incontables obras de beneficencia. 7. El Monumento al Descamisado, “el más alto, el más pesado, el más costoso del mundo”: inconcluso.

Tomás Eloy narra la novela a medida que la escribe y reflexiona sobre lo escrito por él mismo, la historia, el poder de la memoria, “el reino indestructible y desafiante de la ficción”. “Si la historia –dice, no sin perspicacia– es otro de los géneros literarios, ¿por qué privarla de la imaginación, el desatino, la indelicadeza, la exageración y la derrota que son la materia prima sin la cual no se concibe la literatura?” ¡Perfecto! Además, alguna vez descubrió que “narrar a Perón es un oficio inagotable” y que “nadie podrá escribir el libro definitivo”. Con Evita la vaina fue, es y será aún más inagotable, menos definitiva. Por tanto, ¡vítores y aplausos para Santa Evita de nuestros corazones!

Rabito: “Así como detestan ser desplazadas de un lugar a otro, las almas también aspiran a que alguien las escriba. Quieren ser narradas, tatuadas en las rocas de la eternidad. Un alma que no ha sido escrita es como si jamás hubiera existido. Contra la fugacidad, la letra. Contra la muerte, el relato”. Tomás Eloy Martínez. Santa Evita.

@EstebanCarlosM

 

Felipe(94028)30 de noviembre de 2024 - 10:09 p. m.
Los argentinos igual convierten en dios a un futbolista que en vírgen a una meretriz. Hay peronistas de extrema izquierda y peronistas ultraderechistas. Perón solo fue una mala imitación de Mussolini, el fascista por antonomasia. La segunda esposa de Perón, Isabelita, llegó a presidenta de forma tan tragicómica que la gente coreaba, "Ché, que gobierno más boludo: un ladrón, una pu.ta y un cornudo".
  • Bancho(36704)03 de diciembre de 2024 - 09:45 p. m.
    Felipe: gracias por su comentario. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
Felipe(94028)30 de noviembre de 2024 - 10:02 p. m.
Perón se refugió en Madrid, acogido por la dictadura fascista del general Franco. Interesante leer la historia del robo del cadaver embalsamado de Evita, su entierro secreto en Italia, con el nombre falso de María Maggi de Magistris, y su posterior entrega a Perón en Madrid 16 años después. Ahora, nadie quiere reconocer que Perón era un militar fascista y que Evita fue la figura más importante que visitó a Franco cuando el mundo lo sancionó por haber sido aliado de Mussolini y Hitler.
  • Bancho(36704)03 de diciembre de 2024 - 09:46 p. m.
    Felipe: así fue, más o menos. Gracias por su comentario. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
HECTOR(32901)30 de noviembre de 2024 - 06:45 p. m.
Como te diría un habitual, sencillo y modesto argentino, vos sos grande Bancho. Me gusto que llamaste "mamarracho de historia patria" al innombrable.
  • Bancho(36704)03 de diciembre de 2024 - 09:47 p. m.
    Hector: gracias, home. Mamamarracho y más, jejejeje. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
Bancho(36704)30 de noviembre de 2024 - 04:17 p. m.
Perdón por el lapsus: me tragué el año de la muerte de Evita Perón: 1952. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
Javier(17535)30 de noviembre de 2024 - 04:15 p. m.
Eva inmortal, ya casi en el olvido.
  • Bancho(36704)30 de noviembre de 2024 - 06:35 p. m.
    Javier: ¡Santa Evita! Gracias por tu comentario y tu lectura. Bancho, alias Esteban Carlos Mejía
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