Publicidad

Rabo de paja

Sospechar, sospechar, sospechar…

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Esteban Carlos Mejía
21 de noviembre de 2020 - 03:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Isabel Barragán me hace pistola. Siento ganas de chuparle el dedito del medio, primoroso, elegante, inalcanzable por Zoom. No seas fetichista, me lee el pensamiento, y se acomoda bien la mascarilla. Tu boca no pierde el sabor a caramelo-oh, canturreo en voz baja.

¿Qué estás leyendo?, le pregunto no sin prevención, la pandemia sicosea a los crédulos. Pestañea como Melania Trump. Yo parpadeo. (Según mi retinóloga, los hombres parpadean y las mujeres pestañean). Una novela italiana de hace cinco años que parece escrita en Colombia por un periodista sin empleo. Oiga, digo por decir. Es Número cero, de Umberto Eco, lector insigne, escritor summa cum laude.

Eco, explica Isabel, es un autor no apto para analfabetas funcionales. Es agudo, full erudito, mamagallista irredento. También fue semiólogo, añade. Quizás el único semiólogo que hablaba y se le entendía. Vuelvo a parpadear, un simulacro de pestañeo. En Número cero se narran los intríngulis de un periódico que nunca saldrá. Se llama Domani (Mañana). ¿Cómo fue?, digo. Domani, el periódico de mañana. No entiendo nada. Concéntrate, por favor. El diario se anticipará a las noticias de mañana y las contará la víspera, o sea, hoy. Al dueño le dirán: “Así habría sido Domani si hubiera salido ayer”. Me rasco la cabeza, aún confundido. Es un juego, bobito. El editor es el commendatore Vimercate. Su director es Simei. Y el narrador de la historia, ambientada en Milán entre el 6 de abril y el 11 de junio de 1992, es Colonna, el doctor Colonna, un cincuentón medio fracasado.

Ahora la que parpadea es Isabel. La idea es preparar 12 números cero en un año, me aclara con misericordia. Para enseñarle a la gente cómo debe pensar. Los periodistas de planta se limitan “a difundir sospechas generalizadas, […] a regodearse de la mala suerte ajena, […] todo ideales y nada de ideas […] porque los periódicos no están hechos para difundir sino para encubrir noticias”. Chantajear, desprestigiar, arrodillar a clientes, socios o rivales del commendatore. Un aparato ideológico y político de propaganda, dice Isabel.

Braggadocio, uno de los redactores, tramado por el director, se inventa un asombroso dossier sobre el fusilamiento de Benito Mussolini el 28 de abril de 1945. Ese día las milicias antifascistas no habrían matado al Duce sino a un sosias. ¿Un qué?, se me escurre el tapabocas. Pestañeo. Parpadeo. Un sosias es un doble, un clon, una persona casi idéntica a otra. El verdadero Mussolini, con apoyo de misteriosísimos conspiradores, habría escapado a Argentina o se habría escondido en los sótanos del Vaticano, que al parecer van a dar directamente a los quintos infiernos.

Eso significa, dice Isabel, que la sombra de Mussolini, dado por muerto, domina los acontecimientos italianos desde 1945 hasta hoy, y su muerte real, años después, desencadena el período más terrible de la historia de ese país, implicando a la CIA, la OTAN, la logia P2, la Cosa Nostra, servicios secretos, mandos militares, primeros ministros y presidentes, organizaciones terroristas de extrema izquierda, infiltradas y teledirigidas por este Poder soterrado. Y entonces…, dice Isabel. No, no, no, a mí nada de spoilers, la braveo. Me atrinchero detrás de mi mascarilla. Lo que tiene que pasar pasa, digo. Y después suspiro.

Rabito: Mal de una, consuelo de tontos: “Ser director no quiere decir saber escribir. El ministro de Defensa no tiene por qué saber lanzar una granada”. Umberto Eco. Número cero. 2015.

@EstebanCarlosM

Conoce más

Temas recomendados:

 

Santiago(13232)23 de noviembre de 2020 - 07:22 p. m.
Isabel Barragán suena tan perfecta que estoy por creer que es una creación de su imaginación, Carlos Esteban. Una interlocutora imaginaria que le ayuda a mostrarnos el "otro lado" de la conversación, de los intereses literarios y de los puntos de vista..
George(98053)21 de noviembre de 2020 - 06:24 p. m.
Mi Rabito: Mal de uno, consuelo de tontos: “Ser presidente no quiere decir que debe ser estadista. El presidente Duque no tiene por qué saber gobernar, suficiente que sea el que dijo Uribe”. George. 2020.
  • Esteban(36704)21 de noviembre de 2020 - 08:02 p. m.
    ¡Jajaja! Gracias por su comentario. Esteban Carlos Mejía
shirley(13697)21 de noviembre de 2020 - 01:29 p. m.
"Muchísimos lectores tienden a atribuir al autor pasiones o ideas de sus personajes.A mí (Umberto Eco) me endosan las siguientes: El italiano es de poco fiar,vil,traidor,se encuentra más a gusto con el puñal que con la espada,mejor con el veneno que con los fármacos,artero en los tratos,coherente solo en cambiar de pendón según sople el viento.Un día me atribuirán el dicho "madre solo hay una "."
  • Esteban(36704)21 de noviembre de 2020 - 01:40 p. m.
    Shirley Fernanda: gracias plenas por la cita de Umberto Eco. Esteban Carlos Mejía
  • shirley(13697)21 de noviembre de 2020 - 01:31 p. m.
    Umberto Eco.Libro: De la estupidez a la locura.Crónicas para el futuro que nos espera. Excelente día.
Francisco(82596)21 de noviembre de 2020 - 12:45 p. m.
Hola, amigos. Gracias por la información. Desde "El nombre de la rosa" no he vuelto al Eco narrador. De momento me tiene gozando como un enano el redescubrimiento de mi paisano Galdós y estoy celebrando con mucho aguaje el centenario de su muerte. Igualmente, lamento que el Nobel se quedara sin Don Benito. Pero el Nobel se lo estamos concediendo al menos los devotos de un clásico desconocido.
  • Esteban(36704)21 de noviembre de 2020 - 12:57 p. m.
    Francisco. Gracias por su comentario. Abrazos digitales. Galdós y Eco: turbulencias a la vista, jejejeje. Esteban Carlos Mejía
Octavio(58841)21 de noviembre de 2020 - 11:17 a. m.
Buena reseña sobre un libro que ha pasado desapercibido, pues en este país desesperanzado y anclado en el ayer nos toca leer teorías que presenten alternativas para un mañana con futuro.
  • Esteban(36704)21 de noviembre de 2020 - 12:12 p. m.
    Octavio: gracias por su lectura. "Número cero" es una novela premonitoria, una suspicaz anticipación al mundo de hoy, el cual, según dicen, ya no tiene salvación. Saludos. Esteban Carlos Mejía
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.