La muy ponderada y poco aplicada Constitución del 91, aún cuando tiene muchas cosas buenas, enterró la posibilidad de tener en Colombia un sistema político de verdad. Esta afirmación puede ser impopular. Pero lo cierto es que un país serio sólo necesita tres o cuatro partidos políticos: uno que represente a la derecha, otro al centro y otro a la izquierda. Es esa la única forma de construir estructuras electorales sólidas con esquemas programáticos definidos. Todo lo demás es carreta. Nuestra carta magna, con el cuento de abrirle la puerta al “multipartidismo”, convirtió el ejercicio democrático nacional en una payasada.
Mucho se habla hoy de las divisiones en el centro y en otros sectores de cara a la contienda del 2022. Es cierto que los egos y las agendas personales de los aspirantes son un rollo. Pero, más que eso, el verdadero problema es que cada uno de ellos es dueño de su propio partido de papel. Así, con la pantomima de las firmas, los tales movimientos significativos de ciudadanos y la nueva moda de otorgar personerías jurídicas, llegamos a un escenario donde existen más partidos que candidatos. Analicemos la situación, porque es dramática:
La Coalición de la Esperanza es un caso especial. Ahí están Juan Manuel Galán (Nuevo Liberalismo), Jorge Robledo (Dignidad), Íngrid Betancourt (Oxígeno Verde), Juan Fernando Cristo (En Marcha), Sergio Fajardo (Compromiso Ciudadano), la ASI y la Alianza Verde (que de pronto se parte en dos). Literalmente, un partido por persona.
Pero si allá llueve, en el Pacto Histórico no escampa. Esta recopilación de logos la encabeza Gustavo Petro, quien estrena la personería jurídica de Colombia Humana (que antes se llamó Progresistas). Lo acompañarían, entre otros, Roy Barreas (La Fuerza de la Paz), Alexánder López (Polo Democrático), Francia Márquez (Soy Porque Somos), Piedad Córdoba (Poder Ciudadano Siglo XXI), Ángela María Robledo (Estamos Listas) y Armando Benedetti (ni idea). En esas filas también se matricularon la Unión Patriótica, Colombia Renaciente, el Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo, el Congreso de los Pueblos, Fuerza Ciudadana, El Partido del Trabajo de Colombia, el Partido Comunista, la Alianza Democrática Amplia, el MAIS, ¿el Partido Comunes?, y un sector del Partido Liberal.
Por firmas figuran en el panorama Alejandro Gaviria (Colombia Tiene Futuro), Juan Carlos Echeverry (Pa´ Lante Colombia), Enrique Peñalosa (Colombia Posible), Fico Gutierrez (Creemos Colombia), Luis Pérez (Colombia Piensa en Grande), Rodolfo Hernández (Liga de Gobernadores Anticorrupción), Miguel Ceballos (TÚ), el Coronel Carlos Velásquez (Concordia Nacional), y quién sabe cuantos más. Habrá que ver qué pasa con la tal Coalición de la Experiencia.
En la derecha tenemos al Centro Democrático, al Partido Conservador, a Cambio Radical, al Partido de La U, al Partido Colombia Justa Libres, al Partido MIRA y a la familia Gómez que, ahora, busca restablecer la personería jurídica de Salvación Nacional.
Lo peor del cuento es que me faltan más partidos, pero se me acabó el espacio. Muy bonita la Constitución de 1991. ¿Pero no creen, queridos lectores, que ya ha llegado la hora de que pensemos en acabar con este circo?