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Aquí siempre ha sido difícil acertar en las predicciones políticas: las cosas en Colombia cambian a tal velocidad que resulta casi inútil adivinar lo que pueda pasar durante los meses que faltan para que los ciudadanos acudan a las urnas.
No obstante, la repetición de errores del pasado por parte de los líderes políticos permite hoy apostar sin mayor temor a equivocarse. Acá va mi apuesta: el centro, que según todas las encuestas es la corriente política con la que se identifica la mayoría de los votantes, va a volver a perder la Presidencia. Podría uno decir que a ese escenario se llegaría por una incapacidad de los dirigentes de dejar atrás sus rencillas personales para unirse en un proyecto común en donde quepan todos. Pero decir eso sería faltar a la verdad. La razón principal por la que el centro no va a llegar al poder en el 2022 tiene nombre y apellido: César Gaviria Trujillo.
Me explico. Como ha quedado demostrado en comicios anteriores, el centro solo tiene posibilidades de ganar si llega unido a la primera vuelta. De lo contrario, la fuerza de los extremos y la adhesión pasional de sus militantes harían matemáticamente imposible que un candidato de centro logre colarse en la segunda vuelta. Al estar divididos, los votos simplemente no alcanzan. Por eso, si las cosas siguen como van, ese seguramente va a ser el escenario.
No existe la menor posibilidad de que la Coalición de la Esperanza reciba a César Gaviria. Lo anterior no se trata de un despliegue de egos, de terquedad o de mera torpeza política. Esto es, en realidad, un acto de mínima coherencia de quienes integran dicha coalición. Muchos de los que están ahí, Juan Fernando Cristo, De la Calle o los hermanos Galán, por ejemplo, llegaron a esas filas justamente porque armaron movimientos que nacieron como una disidencia a la dictadura de César Gaviria en el Partido Liberal. ¿Cómo explicarles ahora a los votantes que pidieron una personería jurídica y fundaron un nuevo partido para acabar subidos en una tarima con el expresidente liberal? Eso no tendría presentación.
Para lograr la unidad en el centro existen solo dos caminos: 1) que Alejandro Gaviria tome distancia pública de César Gaviria y condene abiertamente sus prácticas clientelistas. 2) Que César Gaviria renuncie a la jefatura del Partido Liberal para que la Coalición de la Esperanza reciba al exrector de Los Andes en una consulta. Pero nada de eso va a pasar. Lo que seguramente va a ocurrir es lo siguiente:
Alejandro Gaviria, tal vez por temor a quedarse sin estructura política, cometerá el error histórico de no distanciarse públicamente del expresidente. Así las cosas, Gaviria y Fajardo llegarán divididos a la primera vuelta y a ninguno de los dos les van a alcanzar los votos para pasar a la segunda. Al día siguiente, cuando Petro y Fico, el candidato de Uribe, hayan ocupado los dos primeros lugares, veremos a César Gaviria con micrófono en mano firmando la adhesión del Partido Liberal a la campaña de Fico. El exalcalde uribista ganará la Presidencia con el apoyo del liberalismo. Acto seguido, el Partido Liberal se declarará partido de gobierno y votará todo lo que quiera el presidente Gutiérrez, eso sí, a cambio de un buen ministerio para Simón…
