Publicidad

Cambié de opinión sobre mis creencias

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Felipe Zuleta Lleras
26 de noviembre de 2023 - 12:30 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

*Invitamos a nuestros columnistas a contarnos de las ideas que defendieron y que, ahora, perciben de manera diferente. Esta columna es parte del especial #CambiéDeOpinión.

Fui educado, como millones de colombianos, en un colegio católico. Sí, en efecto, pasé 10 años de mi vida infantil y adolescente en el Colegio San Bartolomé La Merced, de los jesuitas. Allí nos obligaban a ir a misa todos los días a las siete de la mañana. A eso le sumaban clases de religión dos o tres veces a la semana. Ya de adulto, saliendo de la Universidad Externado de Colombia, de talante liberal y respetuosa de las ideas de cada uno, entré en un proceso de reflexión profundo que me puso a cuestionarme sobre mis creencias religiosas. Apoyado en libros de filósofos como Bertrand Russell, que cuestionan la existencia de Dios, opté finalmente por volverme ateo. En ese estado perduré muchos años. Incluso con personajes como Humberto de la Calle y Tito Livio Caldas escribimos a varias manos un libro sobre el ateísmo. Me imagino que no fue ningún éxito literario.

Por esas cosas del destino, ya de adulto me reencontré con la exfiscal Viviane Morales, quien era muy amiga de Gabriel de Vega, un gran amigo a quien quise mucho y que murió bastante joven. Pues un día Viviane me dijo que me quería llevar a una iglesia cristiana, que me diera esa oportunidad. Debo confesar que fui a regañadientes y, tal vez, por no ser descortés con ella. Fuimos a la iglesia El Lugar de su Presencia, del pastor Andrés Corson. Algo pasó ese día, pues no solo salí muy contento, sino sintiendo que, así suene raro, Jesucristo me había tocado a través de la prédica del pastor y la música cristiana. Viviane me regaló una Biblia y por meses me guio por sus salmos. Por años fui a la iglesia los sábados en la mañana, pues encontré que allí alimentaba, literalmente, mi alma. Cambié mi percepción sobre muchas cosas de mi vida y aprendí a orar, es decir, a hablar con Jesucristo a diario, lo que hago todavía. Entendí que siempre recibiría de Cristo el mensaje que necesitaba escuchar y, sobre todo, aprendí que los tiempos de Dios son perfectos. En no pocas oportunidades, frente a decisiones o problemas que he enfrentado, como todos los humanos, le dije a Jesucristo: “Hermano, ahí le dejo ese problema”, y siempre me ha mostrado la solución o el camino.

Tal vez la única ventaja de la perversa vejez es la madurez, pues a más achaques físicos, más sabiduría. Pero no solo cambié de opinión en este asunto religioso. Lo he hecho en muchas otras oportunidades. Frente a mis preferencias sexuales o ante mis posiciones políticas. En este caso he pasado de ser furibundo antiuribista a tener una relación afectuosa y respetuosa con Tomás Uribe, su hijo, y con doña Lina Moreno de Uribe. Con los años entendí que no vale la pena gastarse la vida odiando o envidiando. En cuanto más cerca estamos de la muerte, más lejos de las pasiones y los innecesarios rencores. Ojalá hubiera entendido eso siendo joven, pero no fue así. Espero acabar de envejecer, eso sí, de la mano de Jesucristo y aun de quienes en algún momento fueron mis enemigos. “Errar es de humanos”.

Conoce más

 

Johan(xsnvf)04 de diciembre de 2023 - 10:19 p. m.
La vejez en muchos casos no es signo de sabiduría ni de madurez, sino de decadencia.
Michael(03321)29 de noviembre de 2023 - 02:26 p. m.
No es de extrañar que alguien que venera a un dios que asesina niños, que castiga a las inocentes hijas de eva por un pecado que no cometió su madre, que venera a un dios homófobo, esclavista. No es de extrañar que alguien así sea uribista. Desde luego, entiendo que al envejecer está preocupado por su destino después de la muerte. Y claro es más importante pensar en su destino que en las injusticias del supuesto dios. Ese egoísmo es muy uribista, también.
María(85314)29 de noviembre de 2023 - 01:29 p. m.
Llevaba años sin leerlo y cambiando de canal cuando lo veía, pero aquí como lo encontré entre toda esta gente seria terminé leyéndolo. No sabía que mi universidad incubaba esas posiciones políticas extremas. Valió la pena leer los comentarios a su "confesión".
Jahir(13183)28 de noviembre de 2023 - 11:31 p. m.
Los débiles cambian de opinión permanentemente!! Creen que su vida es un modelo a segur y resulta que generan un desprecio muy grande porque no se sabe para dónde van o sí van a cambiar en la esquina.
  • ALEJANDRO(xnqw6)04 de diciembre de 2023 - 02:05 p. m.
    mister perfecto, saludos
César(o5z07)28 de noviembre de 2023 - 05:26 p. m.
Pues lamento mucho esta decisión, fui uno de los lectores del capítulo suyo del libro del ateísmo y no solo su experiencia si no todas las que contenía el libro, que no siendo un best seller, fueron para mi inspiradoras, al igual que todos los postulados de Richard Dawkins. Sin embargo, si eso es lo que siente hoy, con respeto le manifiesto lo que nos dejó Castañeda a través del indio Yaqui Juan Matus en las Enseñansas de Don Juan: "Siga el camino que tenga corazón."
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.