Frente al robo de las elecciones en Venezuela, el papel del Gobierno colombiano ha sido realmente vergonzoso. Han pasado tres semanas desde este golpe de Estado dado por el dictador Maduro y nunca se llegó al acuerdo entre los gobiernos de México, Brasil y Colombia. La última solución que propone Petro consiste en repetir las elecciones y que en Venezuela el poder se alterne como se hizo en Colombia entre 1958 y 1974, durante el Frente Nacional.
Qué ironía, porque en más de una oportunidad le hemos oído a Petro decir que el Frente Nacional era una dictadura y que por eso él se volvió guerrillero. Qué contradicción histórica tan difícil de explicar para justificar lo injustificable, apoyando en el poder a un dictador, asesino y violador de derechos humanos. Entiendo que hay razones geopolíticas para mantener la relaciones con Venezuela, pero estas jamás deben servir para justificar al tirano. Petro propone unas nuevas elecciones, es decir, una segunda vuelta que no existe en la legislación de Venezuela. Y si se vuelven a robar las elecciones, como está demostrado, ¿van a hacer una tercera y una cuarta y una quinta elección? Eso es tan absurdo como decir que en Colombia se debería realizar una nueva elección, porque Petro llegó a la Presidencia con un margen muy pequeño al ganarle a Rodolfo Hernández, eso sumado al hecho de que se sabe que a su campaña entraron dineros ilegales. Por supuesto esto sería un disparate, no menos grave que el que está proponiendo Petro para Venezuela.
El silencio del Gobierno colombiano frente a la violación de derechos humanos es estruendoso. Por supuesto que a mí ya nada me sorprende de lo que haga o deje de hacer el presidente. Un día dice una cosa y al otro dice la contraria. Bueno, no es raro en él, porque de todo el país es conocido que es mitómano, es decir, que se cree sus propias mentiras, como los 1.000 colegios que dice que construyó cuando fue alcalde de Bogotá. Seguramente estos centros educativos se podrán utilizar cuando los colombianos podamos ir de Buenaventura a Barranquilla por un tren aéreo eléctrico. Vergonzoso ha sido el manejo de las relaciones internacionales por parte de este Gobierno. Petro peleó con Milei de Argentina, con Boluarte de Perú, con Bukele de El Salvador y rompió relaciones con Israel a través de sus cuentas sociales, es decir, un desastre total.
A este paso va a lograr aislar a los colombianos. Eso sin decir que el país se va a quedar sin pasaportes por culpa directa de Petro y sus cancilleres Leyva y Murillo. Qué daño tan brutal el que Petro le ha hecho a Colombia desde que asumió la Presidencia hace dos años. La esperanza es que solo le quedan dos, lapso en el cual no va a lograr destruir todo como a él le gustaría. Petro se levanta todos los días de su vida no a ver cómo construye, sino a ver cómo destruye. Colombia es un país de luchadores, por lo que aguantará, con unas tremendas consecuencias en todos los frentes. Dios nos proteja.