Tengo el privilegio de conocer al doctor Miguel Ceballos desde cuando trabajó en Blu Radio como panelista de Mañanas Blu.
Siempre me ha parecido que el doctor Ceballos está bien informado, es sensato, inteligente y honesto. Precisamente esas calidades llevaron al presidente Duque a designarlo como alto comisionado para la Paz.
Este cargo, sin lugar a dudas, es lo que se dice popularmente un chicharrón. Y lo es porque todavía tenemos al Eln y al Epl, a los disidentes de las Farc que no se acogieron al acuerdo, además de los grupos ilegales al margen de la ley que, quiérase o no, subvierten el orden por cuenta de sus actividades ilegales (minería, contrabando, narcotráfico).
Tal vez el tema más difícil de todos es el concerniente al Eln. A pesar de que el gobierno del expresidente Santos logró sentarlos en una frágil mesa de diálogos, este grupo subversivo no ha mostrado, hasta ahora, ningún gesto de paz que deba ser asumido como serio. Por el contrario. Cometieron el jueves un tenebroso atentado en la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional y dejaron 21 personas muertas. ¿Cómo no apoyar al Gobierno en las decisiones que tome frente a estos delincuentes?
Dice el Gobierno que a hoy tienen al menos 17 personas secuestradas. El año pasado atentaron 163 veces en contra de la infraestructura petrolera. En lo corrido del año llevan tres atentados en contra del oleoducto Caño Limón-Coveñas. El año pasado estos atentados costaron más de $100.000 millones.
Ahora bien, el tema es complicado porque este grupo no tiene la estructura ni funciona como lo hacían las Farc. Eso, por supuesto, hace mucho más difícil darle golpes contundentes, porque no están en campamentos con una organización lineal, como la tenía las Farc. No tiene tampoco una línea de mando clara y por eso, mientras unos jefes dicen una cosa, otros sostienen lo contrario. No por eso el Estado debe renunciar a perseguir a estos delincuentes con toda su fuerza.
Qué difícil la labor del profesor Ceballos y todo su equipo de trabajo en la Presidencia. Y qué magnífica elección la que hizo el presidente Duque con este comisionado.
Como colombiano, no puedo menos que hacer fuerza para que al Gobierno le vaya bien en todos los asuntos difíciles que tiene. Especialmente al presidente y al doctor Ceballos. De sus decisiones dependemos millones de colombianos que nos vemos afectados por los actos demenciales del Eln. Es el momento de rodear y acompañar al Gobierno en esta guerra en contra del Eln, que seguramente será dolorosa, pero absolutamente necesaria. No hay que dudar ni un minuto en apoyar al gobierno Duque y dejar de lado las mezquindades y las diferencias.
Notícula. Me amenazan en las redes sociales y aún en los comentarios a esta columna en la página web de este diario porque he defendido al fiscal general, Néstor Humberto Martínez. Como no voy a caer en ese linchamiento, duélale al que le duela, seguiré haciéndolo mientras piense que está haciendo bien las cosas
