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NO PUEDEN MENOS QUE CALIFICARse de tendenciosas y mentirosas las declaraciones del ministro de Defensa, Sr. Santos, en el Congreso el martes pasado, cuando afirmó que si bien ha habido algunos “falsos positivos” cometidos por las FF.MM. (confesión del crimen), la verdad es que “El Mono Jojoy asesinaba ciudadanos para hacerlos aparecer como falsos positivos atribuibles a las fuerzas oficiales”.
¿Esto quiere decir entonces, Sr. Santos, que usted y el Sr. Uribe dieron de baja a 27 miembros de las FF.MM. y le aceptaron la renuncia al general Montoya por cuenta de las supuestas trampas de Jojoy para desprestigiar al Ejército nacional?
El alto gobierno no sabe qué más mentiras inventar para tapar sus propios crímenes, crímenes que no quedarán impunes gracias a que, sin duda, serán juzgados por la Corte Penal Internacional. No bastan los gritos histéricos e impostados del Sr. Uribe ni las mentiras del Sr. Santos para impedir que la comunidad internacional se involucre en la investigación de esta máquina criminal montada desde las bases militares.
La política de la seguridad democrática que tanto defiende el Sr. Uribe no es nada más ni nada menos que un instrumento monstruoso de limpieza social (Social cleansing), tal como lo han sostenido varios medios de comunicación en Europa y los EE.UU..
El tema de las recompensas que tanto defiende el Sr. Uribe resultó convertido en un mecanismo macabro para que unos pocos se enriquezcan a cambio de delinquir. Y claro, como el Sr. Uribe es un experto en cambiar la realidad, sostiene que las recompensas no se les pueden pagar a servidores públicos ni a miembros de las FF.MM.. Lo que no dice es que hay montado un miti-miti entre ex militares que reclutan a los muchachos, se los ponen a los soldados para que los asesinen y después se reparten la recompensa.
Por supuesto que así como hemos visto a Santos y a Uribe vaporearse con los éxitos que han tenido o “conmovidos” visitando a la madre del menor asesinado en Chía, no los hemos visto tan acuciosos visitando, consolado o ayudando a las miles de las familias de los muchachos desaparecidos, que fueron asesinados por un Estado delincuente y cobarde. Por eso le formulo al Sr. Santos algunas preguntas que han hecho los visitantes de mi blog:
¿Nos puede recordar en qué van los casos de Cajamarca, Yarumal, Jamundí, Escuela de Guerra etcétera (Ad infinitum)?
¿Y en dónde están los cuerpos de los “recolectores de café” de Soacha tal y como los llamó el Sr. Uribe?
¿Se están ofreciendo recompensas por dar con las cabecillas del cartel criminal que en conjunto con miembros del Ejército ejecutó a los muchachos?
¿Quién manda realmente en las FF.MM.?
¿Sí existe el Estado como institución con responsabilidad política o se trata más bien de (ir) responsabilidades individuales?
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Notícula.- Dicen que el presidente Barak Obama, como San Martín de Porres, hace milagros: convirtió a Álvaro Uribe en defensor de los DD.HH. en menos de 24 horas.
Felipezuleta.blogspot.com
