Qué barbaridad, no ha culminado su tercer año el inepto y ya acabó con su mandato y, consiguientemente con el país. A esta altura del gobierno ya no sorprende nada. Es claro que al presidente no le importan los problemas del país, muchos de ellos creados por él mismo. Esa mezcla entre Aureliano Buendía, Bolívar, Gaitán, astrónomo, ingeniero eléctrico, astronauta, historiador, desmemoriado, paranoico, mitómano, Jesucristo, astrólogo y, ambientalista, entre otros, solo demuestra la ignorancia y, arrogancia de Petro. Nunca tuve ninguna duda sobre lo que sería este desastroso gobierno, pero confieso con vergüenza que jamás llegué a calcular que fuera tan destructivo. Colombia como nación tocó fondo durante el cuatrienio que finalmente terminará en agosto del 2026. Petro, como la Chimoltrufia, como dice una cosa, dice la otra. A esta altura resulta absolutamente imposible hacer un inventario de todas las barbaridades y mentiras que ha dicho el presidente. Reto este que le queda grande hasta a la inteligencia artificial.
Esa peleadera permanente de Petro y sus ministros con todo el mundo tiene ciertamente que crispados a los colombianos. Hasta los mismos ciudadanos que votaron por él están arrepentidos. Y no lo digo por los ineptos que lo rodean y lo siguen como borregos, sino por colombianos del común con los que uno habla y que tenían puestas todas sus esperanzas del cambio en el gobierno. A pesar de que mi oficio como periodista me obliga a estar bien informado, confieso que en muchas oportunidades no soy capaz de leerme las publicaciones y declaraciones del presidente. Es tal su nivel de desconexión y mitomanía que ya no sé si me produce lástima o rabia. Nadie discute que el país necesita cambios profundos. pero no de la manera como este gobierno ha tratado de hacerlos. Mentira tras mentira, el presidente cree que los colombianos se están creyendo sus locuras. Hoy Colombia depende de las decisiones de la Corte Constitucional y del Consejo de Estado. Dirá Petro entonces que no lo dejaron gobernar. Y es por eso por lo que permanentemente habla de un golpe blando y de que lo quieren matar. El presidente en el fondo de su corazón quiere que lo tumben o lo maten para pasar a la historia como un mártir y perpetuar así al comunismo en el poder. Por eso es por lo que debe acabar su mandato y su vida debe también ser protegida. No podemos caer en las falacias del mitómano, porque Colombia no aguantaría cuatro años más del caos en el que el presidente sumió al país. Con la seguridad de que saldremos adelante como nación, es la hora que la oposición se siente a meditar sobre el lánguido papel que ha jugado en estos tres años. De lo contrario, podríamos acabar en manos de otro orate. Estamos advertidos sobre lo desastroso que puede ser un gobierno de izquierda, así Aureliano diga que es demócrata. Petro acabará su vida llena de muchas batallas perdidas. Y de golpe acaba su vida amarrado a un almendro siguiendo con sus elucubraciones.