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Esta semana que viene, más específicamente el 13 de febrero, se cumple el primer año de Francisco Barbosa al frente de la Fiscalía General de la Nación. Pese a lo que dicen constantemente sus detractores de oficio, me puse en la tarea de mirar juiciosamente algunos de sus logros. Al fiscal le ha tocado hacer su oficio en la peor pandemia que ha tenido el mundo en los últimos 100 años, lo que le suma a sus méritos. La Fiscalía no se paralizó ni un solo día.
Pese a todas las restricciones impuestas por la pandemia, se realizaron 710.172 audiencias virtuales en 2020, es decir, el 77,43 % de las audiencias realizadas en 2019, lo cual en épocas de aislamiento es muy significativo. Entre estas se destacan 155.931 que correspondieron a órdenes de captura (21,96 %), 226.587 a audiencias de juicio oral (31,91 %), 83.934 a audiencias preliminares (11,82 %), 54.105 a imputaciones (7,62 %) y 39.802 a sentencias condenatorias (5,60 %).
De manera discreta pero eficiente, el fiscal decidió descentralizar su trabajo. Se le ha visto poco en su despacho en la capital, pues Barbosa ha estado en todas las fiscalías seccionales del país.
No me alcanzaría el espacio para detallar todo lo alcanzado por la Fiscalía, pero en temas como feminicidios, asesinato de líderes sociales y desmantelamiento de bandas criminales las cifras son realmente importantes.
En feminicidios, la Fiscalía conoció en 2020 de 178 víctimas de este delito, 57,48 % de las cuales fallecieron por conductas ocurridas en zonas rurales. Respecto de estas conductas, la entidad alcanzó una tasa de avance de esclarecimiento del 94,32 % y una tasa de esclarecimiento del 90,45 %.
Con respecto al asesinato de líderes sociales, se pasó del 51 % en 2019 al 63,52 % en 2020. De hecho, la Fiscalía hizo énfasis en la investigación y judicialización de los homicidios contra defensores de derechos humanos. Para ello fortaleció el equipo de trabajo de la Unidad Especial de Investigación, definió y consolidó los proyectos investigativos priorizados a partir de las afectaciones sectorizadas causadas por organizaciones criminales y designó a fiscales regionales para asumir las investigaciones en los territorios que mayor número de homicidios contra personas defensoras de derechos humanos concentran.
En cuanto a las bandas u organizaciones criminales, se logró la captura y judicialización de 646 integrantes del Eln, los Pelusos, disidentes de las Farc, Clan del Golfo y los Caparros, de los cuales 120 han sido identificados como impactos estratégicos. Además, la Fiscalía ha logrado afectar las finanzas de estas organizaciones (59 hechos), su estructura política (5 hechos), sus redes de apoyo (129 hechos) y su estructura armada (336 hechos).
No hay duda de que un trabajo metódico y disciplinado como el que hace el fiscal Barbosa se ve reflejado en los resultados que hemos visto. En buena hora el país tiene en la Fiscalía a un funcionario honesto, trabajador y eficiente.
