Veo con muchísima preocupación que de un tiempo para acá, especialmente en las redes sociales, se ha montado una campaña de desprestigio en contra de los 240.842 hombres y mujeres que a diario ponen en riesgo su vida para garantizarnos a los demás nuestra tranquilidad. Sé que puede haber problemas puntuales, pero jamás se me ocurriría unirme al coro de mezquinos profesionales que atacan a nuestras FF. MM.
Han tratado de volverlas deliberantes, de meterlas en la política, cosa que no han hecho y que no harán, pues desde el comandante de las FF. MM., general Luis Fernando Navarro (de quien tengo el mejor concepto y referencias), hasta el último soldado de la patria fueron educados para otras lides. Los civiles, por nuestra parte, debemos entender que nos levantamos cada día tranquilamente a realizar nuestras actividades mientras en todos los rincones del país están nuestros corajudos soldados.
Si usted, amable lector, me permite una licencia, hoy quiero recordar lo dicho por el presidente Alberto Lleras en su discurso en el Teatro Patria en mayo de 1958: “Las Fuerzas Armadas no deben deliberar, no deben ser deliberantes en política. Porque han sido creadas por toda la nación, porque la nación entera, sin excepciones de grupo, ni de partido, ni de color, ni de creencias religiosas, sino el pueblo como masa global, les ha dado las armas, les ha dado el poder físico con el encargo de defender sus intereses comunes... Yo no quiero que las Fuerzas Armadas decidan cómo se debe gobernar a la nación, en vez de que lo decida el pueblo; pero no quiero, en manera alguna, que los políticos decidan cómo se deben manejar las Fuerzas Armadas en su función, su disciplina, en sus reglamentos, en su personal...”.
Estas palabras de Lleras me hacen reflexionar sobre la importancia de nuestras FF. MM. y por eso me mortifica cuando sus detractores de oficio tratan de socavar la integridad de nuestros militares. Colombia es hoy lo que es gracias a los soldados de la patria.
Solo imagínese usted lo que pasaría en el país si no existieran las FF. MM. Piense en lo que habría pasado en el 2002 cuando las Farc estaban en la puerta de la Casa de Nariño. Pero no vayamos tan lejos, pues basta con saber que Colombia sería absolutamente inviable sin el trabajo denodado y persistente de nuestras fuerzas. Y una razón adicional: el presidente Santos logró el Acuerdo de Paz con las Farc gracias a la presión de nuestros militares. Este año han sido asesinados 35 soldados en actos terroristas y 12 en erradicación, y Colombia ya ni se conmueve. Sus familias destrozadas, padres, hermanos, hijos, y en este país se ocupan más de los escándalos promovidos en las redes. Esa es la indolencia de algunos que pontifican desde sus cómodos hogares porque no son sus muertos.
Hoy quiero agradecer de todo corazón y por conducto del señor general Navarro a todos los hombres y mujeres de nuestras FF. MM. Muchas gracias y que Dios los bendiga.