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Las primeras damas

Felipe Zuleta Lleras
31 de marzo de 2024 - 02:05 a. m.

De manera impúdica, quiero compartir con los lectores algunos detalles inéditos de cómo, después de muchos meses, escribí el libro sobre las primeras damas desde 1986 hasta 2024. Una vez encontré que en Colombia no se había escrito sobre las primeras damas, arranqué definiendo los tiempos. Me han preguntado mucho por qué no incluí a doña Nydia Quintero. Básicamente por respeto, pues doña Nydia, a quien quiero mucho, está ya en una edad muy avanzada y me pareció una falta de respeto importunarla. Empecé por llamar a los expresidentes Santos y Samper, para que me ayudaran con sus esposas. Ambos me ayudaron. Lo mismo hice con el expresidente Duque, pues yo nunca había visto a María Juliana Ruiz. Él gentilmente me ayudó. A Nohra Puyana y a Ana Milena, por diferentes razones, las conocía, por lo que no me fue difícil contactarlas. Incluí a Marta Blanco de Lemos, pues si bien solo fue primera dama por diez días, su esposo Carlos le había servido al país por más de cincuenta años, habiendo sido congresista, varias veces ministro, embajador, constituyente y vicepresidente. Haberla dejado por fuera hubiera sido totalmente injusto. Incluí a Carolina de Barco, pues tuve el privilegio de conocerla desde que yo era muy joven y, además, trabajé con el presidente Barco durante sus cuatro años de gobierno. En cuanto a Verónica Alcocer, me fue imposible acceder a ella.

Mi gran preocupación era cómo llegar adonde doña Lina Moreno de Uribe, por varias razones. La primera porque yo fui un virulento opositor del expresidente Uribe, y, la segunda, porque ya varias personas me habían dicho que a ella no le gustaba dar entrevistas. Hablé con su hijo Tomás, quien me dio el nombre de Lía de Roux de Caicedo, a quien yo conocía, y fue clave para convencer finalmente a doña Lina.

Con todas adquirí la obligación de enviarles los textos, cosa que hice. Todas mejoraron sustancialmente los textos. Añadieron, entre otras cosas, anécdotas sobre su paso por las casas presidenciales, momentos difíciles, brujerías, alegrías, lo que hicieron como primeras damas, un cargo que formalmente no existe y que doña Lina describe como un OJNI (objeto jurídicamente no identificado).

El libro está lleno de historias inéditas y tal vez eso explica, entre otras cosas, la gran acogida que ha tenido entre miles de lectores. A todas las ex primeras damas, mi agradecimiento de todo corazón, pues sin su ayuda y generosidad no habría sido posible sacarlo adelante. Fue muy emocionante verlas a todas reunidas en el conversatorio realizado hace un par de semanas en el Gimnasio Moderno. Ana Milena y Nohra, por encontrarse fuera del país, mandaron su intervención en video. A mi editora Cindy Roa y a Misael Blanco, gerente de Intermedio Editores, mil gracias por haberme dejado escribir y publicar este libro, donde les hacemos un homenaje a las primeras damas, a quienes el país les debe mucho. Mil gracias de todo corazón.

 

orlando(94712)01 de abril de 2024 - 10:42 p. m.
No lo leeré ni por desocupado que esté. Conociendo sus antecedentes monotemáticos y de cursilería barata, creo que sus mal llamados escritos no son más que un insulto a la inteligencia. Cambie de profesión y dele paso a alguien que sea agradable en su temática y escritura. Qué aburrimiento.
Ernesto(6087)01 de abril de 2024 - 01:59 p. m.
Que maravilla. Otro incunable de este insigne maestro de la literatura.
EDGAR(71801)01 de abril de 2024 - 12:05 a. m.
Para chismoso si sirve
Jose(79omw)31 de marzo de 2024 - 10:34 p. m.
Ni regalado leo su libro.
  • Juanita(6335)01 de abril de 2024 - 02:54 a. m.
    Yo tampoco, qué pereza, quiénes serán esos "miles"a quienes les interesa semejante bobada, qué lagartería..
Pablo(88449)31 de marzo de 2024 - 10:24 p. m.
Ese "libro" no contiene letras sino letrinas. Debe ser insípido, desabrido, soso, insulso ese folleto, pancarta como el pinchauvas que lo escribió.
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