Los huecos de Petro

Esta semana se conocieron unas grabaciones escandalosas de varios funcionarios del Distrito comentando sobre el desastre que significaría contratar a dedo la máquina tapahuecos que con bombos y platillos le presentó el pasado diciembre el alcalde Petro a la ciudad de Bogotá.

Los chistes que se oyeron en las grabaciones sobre la maquinita esa y el actorcito contratista no tienen sino un costo de $11.800 millones para la administración. Petro, con la arrogancia que lo caracteriza, dijo que esta taparía en pocos meses 220.000 huecos, cuando la verdad ha tapado a la fecha menos del 1%, y no de 220.000 sino de 60.000. Es decir, todo a las patadas.

Frente a la información de los medios el alcalde se dedicó el jueves entero a criticar a los periodistas, en vez de salir a poner la cara y reconocer que se habían cometido unas ilegalidades. Es decir, que nuevamente trató de distraer la atención, como lo ha hecho en el pasado con la prórroga de los contratos de Transmilenio y otras cagadas monumentales. Ya verán por ejemplo el desastre que resultará lo del carril para buses por la carrera séptima que, como todo lo de esta Alcaldía, salió de la nada, sin estudios previos que apoyen esta decisión.

Resulta inadmisible que a esta altura los órganos de control no hayan iniciado en serio las investigaciones del caso en contra del alcalde. Aparte de la de las basuras, realizada por la Procuraduría, todo parece indicar que Petro está por encima de la ley, en tanto los bogotanos tenemos que aguantarnos una ciudad invivible en donde la calidad de vida es nula y teniendo que oírle al alcalde Petro frases tan cínicas como las que le dijo hace una semana a este diario y es que “si en Bogotá se roba, será por las esquinas”. Digo yo que, claro, por todas las esquinas y si tienen huecos pues ni para qué hablar.

¿En dónde, pregunto, está la Fiscalía General de la Nación, cuando se sabe que contra Petro se han presentado al menos 11 demandas? Habiendo sido tan seria la Fiscalía en el tema del carrusel de contratos, resulta bien extraña su ineficiencia frente a los casos de corrupción de la administración actual. Es como si el ente investigador no quisiera saber realmente qué es lo que está pasando con los casos de corrupción que los medios denuncian y la ciudadanía padece.

Por lo pronto solo queda lamentarnos, pues entre esta administración y la de Samuel Moreno, los bogotanos, que amamos nuestra ciudad, padecemos diariamente un atraso en la calidad de vida de al menos 30 años, que para recuperarlos requerirían de al menos tres alcaldes eficientes y decentes que trabajen uno tras otro.

Ojalá en las próximas elecciones los ciudadanos voten a conciencia y recuerden el infierno en el que dos pésimos alcaldes dejaron convertida nuestra ciudad: en un hueco.

Notícula

Entre otras cosas, ¿por qué no están presos los pillos de Interbolsa? ¿Quién los protege? ¿Acaso tienen corona? Que cosas las de nuestra “eficiente” justicia selectiva.