Sorprende que sólo hasta ahora el Presidente se haya dado cuenta de que al ICBF llegan a diario niños desnutridos y torturados física y mentalmente, muchos de ellos, hijos de parejas conformadas por guerrilleros de las Farc.
Pero claro, este “descubrimiento” le sirvió al habitante de la ‘Casa de Narquiño’ para dinamitar el proceso de entrega de Clara, su hijo y Consuelo, porque, y en eso que nadie se llame a engaños, Uribe y Juan Manuel Santos harán todo lo que esté a su alcance para abortar cualquier plan que el presidente Chávez tenga para la liberación de los secuestrados.
No existe la más mínima posibilidad de que este gobierno le deje tener un solo triunfo a Chávez en lo que tiene que ver con el acuerdo humanitario. Si Uribe tiene que ordenar operativos que les cuesten la vida a los secuestrados así lo hará, porque este ciudadano ha dado muestras de no tener el más mínimo respeto o consideración por sus conciudadanos, menos si eso afecta sus índices de popularidad.
Uribe y Juan M. Santos, independientemente de que los uribistas crean que son excelentes funcionarios, son ante todo un par de malas personas. De Uribe no me sorprende, pues no es sino mirar su familia, su pasado, sus amigos y su forma de concebir la vida para saber cómo es. De Santos no deja de impresionarme, porque viniendo de una familia cero mafiosa, sin antecedentes criminales y con estirpe de gente decente, él mismo se encargó de ratificar la teoría de que todas las familias tienen su personaje oscuro.
El Presidente y sus funcionarios, en cabeza de Juan Manuel, del primo de Pablo y del Comisionado de Paz, todas las semanas sacan de la manga un nuevo escándalo para tapar el grado de descomposición al que han llegado y ocultar así hechos como la explosión en la brigada de Medellín o las gravísimas acusaciones sobre el asesinato de Nancy Ester Zapata, una mujer que trabajaba en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín y quien manifestó, antes de ser asesinada, conocer detalles sobre el homicidio de Pedro Juan Moreno, hechos que quedaron sepultados por cuenta del anuncio presidencial de que al ICBF llegó un niño desnutrido.
Asumiendo que las pruebas de ADN están bien hechas y que el menor que está en manos del ICBF es el hijo de Clara, esto nos confirma que las Farc son unas ratas, que el niño tiene a su familia y que Uribe sin el menor remordimiento le oculto a doña Clara la información relacionada con su nieto para usarla en contra de Chávez.
Lo grave de todo este caos en torno a los secuestrados es que mientras el tema dependa de Uribe por un lado y de Tirofijo por el otro, los secuestrados seguirán pudriéndose en las selvas colombianas porque ni al uno ni al otro les importa la suerte de estos compatriotas.
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Notícula: ¿Quién es el ciudadano Carlos Alberto Plata, quien se la pasa diciendo que los nombramientos en la alcaldía de Samuel Moreno dependen de él?