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El proceso del joven estudiante de la Universidad de los Andes Luis Andrés Colmenares, quien falleció hace más de un año, sigue dejando muchas incógnitas y pocas respuestas claras.
Dos de sus compañeras están presas, otros hablan por teléfono manejando un lenguaje críptico, la madre de una de las estudiantes y su abogada, encausadas. Y todo esto a cambio de que todavía no se sabe la verdad. Uno de los abogados pide polígrafos, prueba esta no reconocida por nuestro ordenamiento legal y, para la divulgación de sus resultados, utiliza veladamente a la revista virtual Kienyke para que publique las respuestas. Y este medio de comunicación hace lo propio sin ni siquiera cuestionar o al menos contrapreguntar. ¿A cambio de qué?
Medicina Legal, entidad que suele ser seria, no cogió ni una cuando hizo la autopsia del joven Colmenares. Es tan distante el concepto de los patólogos e investigadores de lo que realmente apareció en el cuerpo del muchacho, que ya imposibilita pensar que se trató de un error de buena fe. Para decirlo más claro, ese concepto fue manipulado.
Aparecen unas menciones de los investigados con respecto al director de Fiscalías, doctor Armando Novoa, menciones que en nada opacan su labor, pero que, por lo menos, dejan un sabor raro.
El caso Colmenares ha llamado la atención pública no sólo por tratarse de un joven universitario, sino porque además involucra, al menos, a tres estudiantes de los Andes, en donde estudia dizque lo más selecto de la sociedad colombiana. Personalmente, cuando veo las imágenes de las estudiantes involucradas, su actitud desafiadora, sus miradas turbias y confusas, y sus sonrisas entre socarronas y pícaras, me dan escalofríos. Porque en el fondo estoy convencido de que ellas y su amigo Cárdenas saben la verdad de lo que ocurrió y la están ocultando. Pero claro, si bien no creo que ninguno de los estudiantes mató a Colmenares, lo que intuyo es que alguien le mandó cascar, como dicen ahora, y a quienes hicieron la diligencia se les fue la mano y lo asesinaron. Una vez esto procedieron a sellar un pacto secreto con los estudiantes e hicieron el montaje para que pareciera un suicidio. Pero la pregunta es, ¿quiénes lo hicieron?, ¿a cambio de qué? ¿Acaso trabajaban para alguno de los estudiantes? De hacerlo, ¿qué labor cumplían? ¿Eran guardaespaldas de uno de ellos?
Todos estos son los interrogantes que deberán responder las autoridades, porque así como hay miles de casos que quedan en la impunidad, lo cierto es que la sociedad quiere saber qué fue lo que realmente le pasó a Luis Andrés Colmenares, un joven universitario que salió una noche de su casa en compañía de los que él consideraba sus amigos, y fue asesinado.
Notícula
¿Acaso el Consejo de Estado nunca ha modificado su propio reglamento para hacer nombramientos sin que estuvieran presentes todos los consejeros? De ser así, ¿sería esto diferente a lo que hizo la Corte Suprema para elegir a la fiscal?
@fzuletalleras
