Se perciben fracturas

SE SIENTEN MENOS TRANQUILOS LOS días venideros para el gobierno del presidente Santos, pues si bien sus primeros seis meses no tuvieron mayores sobresaltos, lo cierto es que la unidad nacional parece estar pegada con babas.

Así lo demuestran las actitudes de algunas personas que dicen pertenecer a esa unión. El Partido Conservador está intranquilo, con molestias, con rasquiña. Y no es para menos pues pasaron de ostentar miles de cargos en el Estado, como fortín propio, a tener que compartir con otros partidos de la coalición. El tema que tanto molesta a los godos, para que no nos llamemos a engaños, no tiene origen en ninguna ideología política. Es eminentemente burocrático, de puesticos. Y claro, para hacerse sentir entonces le disparan al ministro de Defensa, o al de Hacienda (casualmente el de la platica y los auxilios disfrazados).

En igual actitud se encuentra el presidente del Congreso, senador Benedetti,  quien también la emprendió en contra del mindefensa. Y conociendo a Benedetti algo se trae entre manos, pues él no dispara gratis, pensando en el bien de la patria. Por lo demás sus frases efectistas, que tanto le gustan, parecen hechas en el seno mismo del uribismo para joder a Santos. Podría apostar que detrás del caos que se pretende crear, con la exagerada sensación de inseguridad, está siendo trabajada por algunos que quieren que los colombianos extrañen a Uribe, como si el tema de las bacrim y la criminalidad en las calles no se hubiera disparado en los dos últimos años. Ya lo dijo el expresidente Pastrana, que Ralito sólo sirvió para legalizar a unos narcotraficantes y para fortalecer el crimen organizado.

Pero también se están empezando a notar ciertas fracturas en el interior del Gobierno, las cuales se hicieron más evidentes esta semana frente al tema del paro de los camioneros. Mientras el ministro de Transporte Cardona se negaba a hablar con los camioneros, el vicepresidente llegaba a acuerdos con ellos. Mientras Santos hablaba de mano dura, Angelino se comprometía a suspender el decreto. Es decir que el que se está empoderando de los temas es el vicepresidente. En estos seis meses se ha quedado con muchos de los asuntos calientes, sin que a esta hora sepamos si lo hace por su propia iniciativa o por instrucciones del presidente.

No me parece malo que Garzón se meta en cuanto tema le dé la gana, pero al ciudadano del común le deja muy mala impresión que el vicepresidente se apropie de tópicos que le han sido asignados por la ley a los ministros del despacho.

No pedimos que haga un papel tan mediocre como el que hizo Francisco Santos, pero tampoco conviene que se apropie de asuntos que no le corresponden. Salvo, claro está, que quiera perfilarse como el nuevo Lula colombiano, lo que nos pondría a pensar que el expresidente Lula dividido por el cambio del real, daría un Angelino.

Notícula

Lamentable la muerte del general Bocanegra y sus hombres. ¡Paz en su tumba!

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