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En no pocas oportunidades he escrito sobre el Estado colombiano que, aparte de ser ladrón, es un implacable enemigo de los ciudadanos. Cada vez que uno, directa o indirectamente, tiene que depender de algo estatal, el asunto se vuelve engorroso, atado en la gran mayoría a casos de corrupción, cuando no queda uno sometido a la estupidez de algún funcionario.
Voy a contar algunos hechos que demuestran, con creces, esta afirmación. Quiero relatar un caso personal. Miles o millones de colombianos padecemos de una enfermedad incurable que se llama temblores esenciales, que consiste en que nuestras manos tiemblan mucho sin que podamos evitarlo. Varios habíamos encontrado alguna mejoría consumiendo un par de gomas con cannabidiol (CBD) al día. Las traíamos por Amazon sin problema. Estas gomas no traban, pues contienen muy poco CBD, pero sirven para dormir y relajar. Sin embargo, desde hace un mes, alguien del Gobierno prohibió que Amazon mandara este producto al país y, obviamente, nos jodió la vida a quienes padecemos esta incómoda enfermedad. Aclaro que consumo con el conocimiento y la aprobación de mis médicas. ¿Sería el Invima? ¿Quién podrá ayudarnos con este tema? He aquí la estupidez de un Estado mojigato.
Acá otro caso de estupidez estatal. Nuestra poeta Maruja Vieira, a quien le quieren quitar una de sus dos miserables pensiones. Así lo informó Infobae: “Recientemente, a través de redes sociales, se conoció una grave situación que amenaza la estabilidad económica de la poetisa colombiana Maruja Vieira. Lo que sucedió es que, desde la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales (UGPP), le comunicaron a la mujer que emprendieron acciones legales para cancelar una de sus pensiones. La denuncia la hizo pública su hija, la también poeta Ana Mercedes Vivas, quien en su perfil de Twitter publicó que «la UGPP tomará acciones legales contra Maruja Vieira, a sus 99 años, para revocar la pensión de Cajanal de $1’800.000. Dicen que no puede tener dos pensiones. Ella tiene una de Colpensiones de sueldo mínimo»”. Una mujer orgullo de todos los colombianos a quien, a su edad, van a matar de hambre mientras se roban billones de pesos. Tan eficiente el Estado con los ciudadanos honestos y tan ineficiente con los ladrones de cuello blanco.
Otro caso: la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) ordena que revisemos las instalaciones de gas cada cinco años. Ya me pasó que, a pesar de que me la han certificado tres veces, llegó un corrupto que estaba en la lista de las personas acreditadas para certificar. Él decidió que yo tenía que, literalmente, volver a hacer todo mi apartamento y casi que remodelar toda mi casa. Por supuesto, me recomendó a algún “constructor” que podía hacerlo. Lo saqué de mi casa a las patadas y los gritos tildándolo de corrupto. Finalmente, logré que otra persona certificara que todo estaba bien.
Así las cosas, diariamente, los colombianos somos víctimas de un Estado ladrón y estúpido que siempre nos jode.
