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Un país que desperdicia a sus líderes

Felipe Zuleta Lleras

21 de diciembre de 2025 - 12:05 a. m.

Ya culminando este año y viendo la cantidad de candidatos a la presidencia que difícilmente marcan en las encuestas, aunado al hecho de que muchas de las listas al Congreso de partidos como el Liberal o el Conservador, llegué a la inequívoca conclusión de que Colombia en las últimas décadas ha desaprovechado a importantes, serios y preparados ciudadanos para caer en manos de la corrupción y la mediocridad. Personalidades colombianas que, sin duda, no han sido tenidos suficientemente en cuenta y a quienes el país desperdició por culpa de la corrupción y la improvisación.

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A vuelo de pájaro mencionaré algunos colombianos que, sin duda, hubieran cambiado la historia de Colombia. Jorge Eliécer Gaitán, Otto Morales, Alfonso Gómez Méndez, Jaime Castro, Jaime García Parra, Carlos Gaviria y Germán Vargas, entre otros.

No sé en qué momento pasamos de Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, Alberto y Carlos Lleras o Virgilio Barco a manos del desaguisado Gustavo Petro. Hoy por ejemplo el país debería poder escoger entre Alfonso Gómez Méndez y Jorge Robledo. Pero no. Vamos a estar otra vez en la prédica no de votar por, sino en contra de. Como no quiero “contaminar” esta columna con mis preferencias electorales, solo atino a insistir que el país, tal vez como nunca antes en su historia, decidirá entre la democracia o el comunismo. Eso nunca había pasado en las décadas recientes.

Es una maldición que la figura presidencial, otrora respetable, haya acabado degradada y putrefacta en manos del señor Gustavo Petro al que no me referiré hoy pues prefiero pensar hacia adelante que anclarme en estos desastrosos últimos tres años.

El país, por cuenta del racismo, por ejemplo, no ha mirado con detenimiento al profesor Alfonso Gómez Méndez, a quien conozco bien y a quien no solo le cabe el país en la cabeza, sino que, además, tiene totalmente pensado al Estado, tal como lo podemos leer un su libro “Democracia bloqueada”, que es un claro ejemplo de lo importante que es una personalidad como el doctor Gómez.

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Conveniente sería que esta época de navidad y reflexión, sin sesgos y apasionamientos, los colombianos repensáramos al país porque una decisión equivocada en las elecciones del 2026 podría ser el final del sector privado y de nuestras libertades.

La democracia, como bien lo dice el doctor Gómez, está bloqueada y todos, sin excepción, deberíamos luchar por su pervivencia. ¿Será eso posible? Como lo dijo Jorge Eliécer Gaitán en 1948 en la famosa marcha del silencio, “ahora o nunca”, para referirse al difícil momento histórico por el que atravesaba la república. Fue después asesinado y, después del Bogotazo, se desató la violencia política que ocasionó miles de muertes.

No creo equivocarme cuando digo que estamos ad-portas de otra época violenta en las próximas décadas por culpa de la polarización que estamos padeciendo por culpa, por un lado, del demente que nos gobierna y, por el otro, de una imbécil oposición.

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