Publicidad

Voluntad anticipada frente a mi muerte


Felipe Zuleta Lleras
19 de enero de 2025 - 05:05 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Como frase de Perogrullo diremos que lo único seguro e inevitable que tenemos es nuestra muerte. Dependiendo de las creencias de cada uno, sean estas religiosas o no, lo cierto es que nos preparan para la vida, pero muy pocas veces, tal vez por temor a lo desconocido, hablamos de nuestra propia muerte. Si acaso pensamos en la misma cuando estamos en una situación de salud que nos recuerde lo frágiles que somos. Aun así, hay personas que se niegan a aceptar que van a morir.

Decía alguien que lo grave no es morirse, sino la moridera. Y en efecto, morirse es dificilísimo, porque salvo que sea en un accidente mortal, el cuerpo reacciona de muchas maneras cuando siente que sus funciones se están extinguiendo. Por eso vemos a miles o millones de personas postradas en una cama por años, aún con fuertes dolores o, por decir otra cosa, con muerte cerebral.

Lo más difícil tal vez es poner a nuestros familiares a decidir qué hacer frente a una situación que médicamente no pueda curar la enfermedad que padecemos. Es por ello por lo que resulta vital que mientras tengamos nuestra capacidad mental, dejemos firmado un documento en donde claramente indiquemos qué es lo que no queremos que nos hagan cuando ya no podemos decidir. Precisamente por esta razón es que la Fundación Santa Fe de Bogotá, desde hace un tiempo, abrió una consulta con médicos especializados en bioética. Estuve allí hace algo más de un mes, tratando de entender cómo funciona el tema. Tuve consulta con la doctora Paula Prieto, quien me explicó, después de preguntarme las razones por las cuales asistía a consulta con la bioética, cuáles son las posibilidades que tenemos frente, entre otros, a enfermedades incurables, terminales, mentales y otras tantas patologías. Es un documento sencillo que debe ser firmado por un médico o ante notario y por quien decida dejar su voluntad anticipada. En mi caso, este documento ya quedó en mi historia clínica en la Fundación Santa Fe de Bogotá. Además de dárselo a uno de mis médicos tratantes, a mi hija y a mi mejor amigo. Serán ellos, siguiendo las instrucciones de los médicos y la autorización de mi hija, quienes deberán evitar tratamientos o cuidados frente a determinadas circunstancias de salud. Entiendo que esta es una decisión muy personal, pero al igual que dejamos un testamento o una fiducia para evitarles problemas a nuestros seres queridos, debemos hacerlo frente al tema más doloroso para ellos: la muerte.

Conviene, además, que dejemos por escrito qué hacer o no hacer cuando fallezcamos. En mi caso, he dicho que no quiero velorio ninguno ni celebración religiosa. Quiero que apenas muera, cremen mi cuerpo y que en ninguna circunstancia recojan mis cenizas. He pedido a mi hija que inmediatamente después de dejar mis despojos en el crematorio, haga una magnifica fiesta en el apartamento que le dejaré, tomando y oyendo la música que me gustaba escuchar en vida con ella y mis amigos más cercanos.

Temas recomendados:

 

NAVY(47439)23 de enero de 2025 - 02:53 p. m.
interesante reflexion
Sixto(kwupp)21 de enero de 2025 - 11:22 a. m.
Viajar a tiempo es evitarse la inminente persecución que se cierne sobre el colectivo LGTBIQ+...
Jorge(48756)20 de enero de 2025 - 04:59 p. m.
Ojalá el señor Zuleta supere todos sus quebrantos de salud y pueda opinar sin rabia en el corazón.
Leandro(exbqo)20 de enero de 2025 - 11:02 a. m.
Esa es la mejor columna. Y que siga la fiesta. ¡Guepa je!
Gustavo(rz6f1)20 de enero de 2025 - 04:13 a. m.
Como diría el cuasi Estadista Vargas Lleras, y creo que pariente suyo: que columna tan chimba!
Ver más comentarios
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar