El tema, que no es nuevo, está otra vez sobre la mesa: el acuerdo sobre lo fundamental. La dificultad que he observado desde hace años es la indeterminación de lo que se busca: lo fundamental. Con un condicionante aún más complejo que es nuestra inclinación a las leyes y cierta adicción a la teoría. Todo saldrá bien si se enmarcan las incontables opiniones en un enjambre de artículos —a veces articulitos— y se sustentan con las doctas recomendaciones de los entendidos reunidos en innumerables comisiones de expertos. De tales procesos se obtienen resultados que por supuesto no pueden descalificarse, como la Constitución del 91 o el...
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