Hace ya muchos años, revisando el trazado original de la variante Melgar-Muña con la obra final, tuve una sorpresa muy relevante. La vía que bajaba de Bogotá estaba diseñada para continuar su descenso hacia el río Sumapaz, concretamente hasta El Boquerón, siguiendo el cañón de los ríos Subia y Panches. Era un diseño muy bien logrado por los técnicos y por lo mismo me desconcertó el trabajo final que hizo que la carretera volviera a subir un poco más de ocho kilómetros para encontrarse con la recta de Chinauta que llevaba directamente a uno de los puntos más peligrosos del recorrido, el conocido como la curva de las canecas....
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