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Investigación científica de impacto global sobre la Amazonía

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Fernando Galindo G.
22 de noviembre de 2025 - 05:00 a. m.
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En reciente publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Amazonía, un viaje hacia la prosperidad y la resiliencia, editada por Arturo José Galindo A., Laura Giles Álvarez y Nadia Rocha, funcionarios de la institución, quienes desde el prólogo establecen que “la Amazonía abarca el 40 % de Sudamérica y alberga a casi 47,3 millones de personas, y es una de las regiones ecológica y culturalmente más significativas del planeta. Es hogar de una biodiversidad incomparable, valiosas reservas de agua dulce y comunidades cuyo conocimiento ancestral y capacidad de gestión son esenciales para la preservación y el futuro de la región”.

En doce capítulos, que se extienden por más de 300 páginas, plantean la complejidad de la investigación, anticipando el trilema del crecimiento económico, la preservación ambiental y la mejora de los medios de vida. Resaltan que históricamente proteger los bosques es difícil, cuando se pretende alcanzar la prosperidad económica, conflicto perenne entre los entornos ambientales, los colonizadores y los empresarios de cualquier naturaleza. Anticipan que “la producción insostenible, el crecimiento poblacional y la expansión indiscriminada de la infraestructura han desencadenado una rápida deforestación que podría llevar a la región a un punto de inflexión”.

En este contexto, mencionan la actividad delictiva vinculada a la agricultura y a la minería. Citan que las exportaciones ilegales relacionadas con la deforestación a nivel mundial generan aproximadamente USD 61.000 millones anuales y representan un 25 % de la deforestación tropical mundial.

De gran trascendencia por la actualidad de los problemas de orden público en Colombia es la evaluación de que “la tala y el desmonte ilegales suelen ser el primer paso de los grupos del crimen organizado para establecer control territorial en zonas remotas y con débil gobernanza. Posteriormente, se desarrollan otras actividades ilícitas como la minería del oro, el cultivo de la coca y la instalación de pistas de aterrizaje clandestinas. Estas dinámicas delictivas resultaron en la pérdida de más de 88.900 hectáreas de bosque entre octubre de 2024 y marzo de 2025, principalmente en áreas protegidas como el Parque Nacional Chiribiquete y territorios indígenas en Caquetá y Putumayo (MILLICOM SPAIN S.LGeneral de la Nación, 2025). La explotación ilegal de recursos financia aproximadamente el 38 % de los ingresos de los grupos criminales organizados, superando al narcotráfico (28 %)”.

Los editores enfatizan que el programa insigne del BID para la región es “Amazonía Siempre”, que moviliza capital, construye alianzas y promueve una mayor cooperación y coordinación para ofrecer soluciones a las amenazas que enfrenta la Amazonía. Enumeran el Grupo de Banco Mundial, Fondo Verde para el Clima, los Fondos de Inversión en el Clima, Alemania, Italia, Suiza, el Reino Unido, Suecia, Israel, Bélgica y España, entre otros actores. Realzan que el BID fue el primer banco multilateral de desarrollo en establecer una Unidad dedicada a la Amazonía.

Amazonía Siempre se construye sobre cinco pilares: 1. Combatir la deforestación y fortalecer las instituciones ambientales; 2. La bioeconomía y la economía creativa; 3. Las personas; 4. Las ciudades y la infraestructura resiliente; y 5. La agricultura, la ganadería y la silvicultura sostenibles y resilientes.

Hasta la fecha, ha movilizado 1.200 millones de dólares de socios y catalizado más de 5.300 millones de dólares en financiamiento del BID. Amazonía Siempre ha multiplicado por más de cinco los recursos disponibles: de 1.000 millones de dólares en 2023 a más de 5.000 millones de dólares en 2025.

La investigación analiza los estudios realizados sobre el resultado de las áreas protegidas para frenar la deforestación. En la Amazonía y a nivel mundial las áreas protegidas han aumentado en las dos últimas décadas (FAO; 2020). Afirman que cerca del 23 % (197 millones de hectáreas) de la Amazonía tiene algún tipo de protección. No obstante, mencionan que en ciertos entornos geográficos no son tan efectivas, por la débil aplicación de la normativa, derivada de la falta de financiamiento y de voluntad política, o porque la ubicación de las áreas protegidas corresponde a lugares remotos donde la presión de la deforestación es baja.

Expresan un profundo respeto por las comunidades indígenas que ayudan a reducir la deforestación y las emisiones de carbono en la Amazonía, población estimada en 7 millones. Enfatizan que desempeñan un papel fundamental en la gestión de sus bosques y del carbono forestal y controlan el 29 % de la superficie terrestre de la biorregión. Continúan resaltando que los estudios con mayor frecuencia muestran que las tasas de deforestación dentro de los territorios indígenas son más bajas que en las tierras fuera de ellos.

De esta reseña se concluye que “preservar la Amazonía no es solo una preocupación regional; es un imperativo global”. Para Colombia y para mi familia es un inmenso honor que Arturo sea coeditor de esta publicación.

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Luis Enrique Hurtado Cruzado(41821)22 de noviembre de 2025 - 03:11 p. m.
Es muy importantes lo que nos comunica esta publicación, realmente se debe difundir a todo nivel este informe. nos falta hacer mas conciencia ciudadana de lo maravilloso de la naturaleza. Gracias Fernando.
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