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El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) publicó recientemente el informe “Estado de Población Mundial 2025”: la tasa de fecundidad cayó un 23 % entre 2022 y 2024, pasando de 1,9 a 1,6 hijos por mujer, cinco décimas por debajo del nivel de reemplazo generacional (2,1). Estas cifras han alimentado temores sobre una eventual crisis demográfica y sus efectos en el desarrollo económico.
El DANE, en comunicado de prensa (26/03/2025), presentó el informe sobre la caída en la natalidad, en la fecundidad y principales causas de mortalidad en Colombia en 2024. Colombia alcanzó una tasa global de fecundidad de 1,1 hijos por mujer, cifra que la ubica entre los países con menor índice de nacimientos en Suramérica y el mundo, empatada técnicamente con Chile. En Razón Pública deducen que este descenso avanza a mayor velocidad que naciones como Corea del Sur y Japón. Ha generado consecuencias inmediatas como el cierre masivo de colegios y plantea interrogantes sobre el futuro demográfico, económico y social del país.
Precisamente, el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana (LEE) realizó un análisis de las proyecciones poblacionales y estadísticas vitales del DANE, y del Sistema Integrado de Matrícula (SIMAT) del Ministerio de Educación Nacional, para indagar sobre la situación y relación entre el cierre de colegios y la transición demográfica nacional para el período 2010 a 2023, que publicó el 21 de octubre de 2024. Los investigadores, mediante un derecho de petición al Ministerio de Educación, reportaron que en los últimos seis años, 6.263 sedes educativas han cerrado, de las cuales 2.446 (39,1 %) son privadas y 3.817 (60,9 %) son oficiales. Esta cifra representa cerca del 12 % con relación al universo de sedes educativas en el país.
Gloria Bernal, directora del LEE de la Javeriana, enlaza que si “a nivel mundial se ha registrado el fenómeno de menores nacimientos, hay menos niños y niñas, lo que impacta en una menor demanda educativa, reducción de la matrícula, afectación en los ingresos de los establecimientos educativos, que finalmente se traduce en cierre de colegios en muchos casos. Bajo este panorama, es importante que el sistema educativo se prepare ante los diversos retos y oportunidades que traiga este fenómeno”.
Razón Pública agrega que el país está dejando de operar cerca de 3.900 colegios al año, lo que evidencia la magnitud del ajuste en la infraestructura educativa. A pesar de la amenaza para el desarrollo futuro de Colombia, no es tema que esté en el debate público, ni tampoco en la agenda de la muchedumbre de aspirantes a las corporaciones de elección popular, incluidos los precandidatos presidenciales.
Nos hemos habituado a convivir con los sobresaltos de las permanentes crisis que afectan a la Nación de todo orden: políticas, de seguridad, de corrupción en las instituciones y en los servicios públicos como la salud, de narcotraficantes, de disidencias de grupos armados, de conflictos internacionales que repercuten en nuestra patria, de las dictaduras vecinas; unos y otros concentran la atención de gobernantes y funcionarios, de los medios de comunicación, a tal punto, que el colapso de la educación pasa desapercibido, cuando es el pilar fundamental para que la sociedad sea igualitaria, que brinde oportunidades de progreso para todos los nacionales y para el desarrollo competitivo del país en el ámbito internacional.
En este espacio (“La pirámide educativa del talento humano en salud”, El Espectador 28/12/2024), se referenció a Corea del Sur, que ha formado uno de los sistemas educativos más exitosos del mundo, por su eficiencia, competitividad y alta exigencia. Los países de la OCDE consideran la calidad de la educación como el camino más seguro para elevar el desarrollo de las naciones. Es la sociedad del conocimiento para el siglo XXI.
Razón Pública añade que la reducción de nacimientos trasciende el sector educativo y tendrá efectos profundos en el sistema de pensiones, la salud pública, la economía y la planificación de la inversión privada y pública. Sobre el informe del DANE, especifica que en 2024 fue de 13,7 % respecto del año anterior y de 32,7 % en la última década. Representa 572.400 menos nacimientos, en comparación con los niveles de 2015.
En los pasados años, las políticas y proyecciones se basaron en la premisa de que las nuevas generaciones serían más numerosas que las anteriores. La realidad presente obliga a replantear esas expectativas, porque el desafío que afronta Colombia es su carencia de los recursos que países desarrollados disponen para afrontar la realidad demográfica mundial.
Mientras Japón tardó medio siglo en reducir su tasa de fecundidad de 2,1 a 1,2, y Corea del Sur lo hizo en 19 años, Colombia recorrió el mismo trayecto en década y media. La gravedad y la velocidad del fenómeno requiere la atención de toda la sociedad.
