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Otro premio Nobel trascendental para la Humanidad

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Fernando Galindo G.
01 de noviembre de 2025 - 04:57 a. m.
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El 6 de octubre, la asamblea del premio Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo concedió el premio de Medicina o Fisiología a Shimon Sakaguchi, Mery E. Brunkow y Fred Ramsdell, por describir cómo se regula el sistema inmunológico, para no generar daños en el organismo humano.

Olle Kämpe, presidente del Comité del Nobel, anunció que “sus descubrimientos han sido decisivos para nuestra comprensión de cómo funciona el sistema inmunológico y por qué no todos desarrollamos enfermedades autoinmunes graves”. Marie Wahren-Herlennius, profesora de reumatología del Instituto Karolinska, agregó: “sus descubrimientos se relacionan con el lanzamiento del campo de la tolerancia inmunitaria periférica, o cómo mantenemos nuestro sistema inmunitario bajo control para combatir todos los microbios imaginables y, aun así, evitar las enfermedades autoinmunes”. Esta es la trascendencia para que la sociedad valore las investigaciones que implicaron la entrega del Nobel de Medicina, para la salud pública, para los profesionales de la salud, para sus pacientes y las familias, con el desarrollo de tratamientos médicos para el cáncer, las enfermedades autoinmunes y conducir a trasplantes más exitosos.

En los 90, se pensaba que la tolerancia inmunológica dependía de mecanismos centrales en el timo, donde los linfocitos autorreactivos son eliminados por selección negativa. El japonés Sakaguchi demostró la existencia de un sistema adicional de control periférico basado en linfocitos T reguladores (Treg) CD4+ CD25+, que inhibían la respuesta inmunitaria, evitando la autoinmunidad.

Investigaciones posteriores de Brunkow y Ramsdell identificaron el gen FoxP3 como un regulador esencial del desarrollo y función de los Treg. Las mutaciones en FoxP3 resultaban de enfermedades autoinmunes en ratón experimental y también en el ser humano.

Los académicos de la inmunología describen que la existencia de las células T reguladoras las mencionó por primera vez Richard Gershon en la Universidad de Yale en 1972. Sin embargo, no pudo identificarlas y, tras su muerte en 1983, quedaron en el olvido. En 1995, Shimon Shakaguchi señaló el receptor de la interleucina 2 (CD25) como “el carné de identidad” de las células T reguladoras. Desde su descubrimiento, estas células se usan como terapia parar tratar diversas enfermedades de base inmunológica.

El incremento en Treg permite luchar contra la autoinmunidad y el rechazo de trasplantes, y la reducción de Treg mejora la inmunoterapia del cáncer. Los hallazgos de los galardonados con el Nobel han resuelto el principio fundamental de la inmunología básica: cómo el sistema inmune soporta el equilibrio entre defender el organismo frente a las infecciones y, por otra parte, evitar los ataques a sus propios tejidos. Es una nueva avenida de investigación en la inmunorregulación y la formulación de estrategias terapéuticas para armonizar la respuesta inmunitaria.

El doctor Sakaguchi, en conferencia de prensa en Osaka después de su nominación al premio, fue interrumpido por la llamada de felicitación del primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, quien le preguntó sobre la eficacia de la inmunoterapia para el tratamiento del cáncer en el futuro y su impacto en la salud de las personas. Sakaguchi declaró: “Creo que llegará el momento en que el cáncer deje de ser una enfermedad aterradora y se convierta en una enfermedad curable”.

Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell, por su parte, investigaron el papel central del gen FOXP3 como regulador clave de las células T y demostraron el papel esencial de este linaje celular para modular las respuestas inmunitarias. Estos hallazgos establecen las bases conceptuales y experimentales para el desarrollo de estrategias inmunomoduladoras dirigidas a restaurar la tolerancia en enfermedades autoinmunes, reducir el rechazo de trasplantes y modular la respuesta antitumoral en cáncer. Hoy es posible imaginar trasplantes sin rechazo, ni necesidad de inmunosupresión crónica con fármacos. Los investigadores premiados abren la puerta a una nueva forma de evitar el rechazo mediante terapias celulares.

No obstante, anotan los académicos, queda por determinar si esta vía consigue la armonía inmunológica, es decir, una combinación de la tolerancia a un trasplante con respuestas inmunes normales ante procesos infecciosos o tumorales, o si solo representa una forma más sofisticada de inmunosupresión con menos efectos indeseables.

Históricamente, el premio actualiza la demanda a las divisiones de educación continua de los hospitales universitarios, a las sociedades científicas de las diversas especialidades y subespecialidades de las ciencias de la salud y, por supuesto, a las escuelas universitarias del sector salud, para implementar acciones y eventos que difundan la formación de sus estudiantes y profesionales afiliados, en la ardua disciplina de la inmunología.

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Mauricio Murcia(05056)01 de noviembre de 2025 - 02:00 p. m.
Gran columna don Fernando muy ilustrativa
Chirri(rv2v4)01 de noviembre de 2025 - 11:09 a. m.
Gracias docto: su saber me deja con la esperanza de recuperar mi endeble caminao.
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