No elegimos la fotografía adecuada para el caso judicial de Aida Merlano
Volvimos a caer en el error de usar fotografías no adecuadas para la ilustración de las noticias. Esta vez, colocamos una foto de Aida Merlano en una vestimenta “casual” para hablar del caso judicial que lleva hasta el momento. Además, se nos fueron varios titulares en pregunta, pero esta vez no fue en la página web, sino que el martes pasado tuvimos cuatro páginas de el periódico impreso con titulares en forma interrogativa, mucho más de los necesarios.
Las fotografías son información, de eso no cabe duda. Y por eso mismo, la escogencia de una fotografía para acompañar un artículo no es un acto mecánico, es también un ejercicio de criterio periodístico.
Pues esta semana una escogencia como ilustración y no como información en una nota nos mereció el #JalónDeOrejas de nuestro columnista @cuervoji.
La verdad es una queja que ya habíamos tenido, y a la que al principio no le paré muchas bolas pero ahora sí creo que tiene toda la validez, y es a seguir ilustrando las notas judiciales sobre el caso de la hija de Aída Merlano con sus fotografías donde se promocionaba para sus actividades en las redes.
En las primeras informaciones defendía que, bueno, esa era ella, así era conocida, esa era su imagen pública y el hecho que estuviera ahora en asuntos judiciales pues no cambiaba en nada quién era ella. Pensaba, si Cristiano Ronaldo o Messi se ven involucrados en un asunto judicial, pues la imagen de esas informaciones posiblemente será de ellos como futbolistas.
Sin embargo, ya ha pasado un tiempo desde que comenzaron los líos judiciales de la señora, ya hay fotografías de ella en procesos judiciales así que encuentro razonable el #JalónDeOrejas para no seguir usando esas fotografías.
Y en efecto, con los #JalonesDeOrejas, pues no fue solo el de @cuervoji, los muchachos entraron al archivo y encontraron una mejor fotografía para ilustrar la noticia.
Y, bueno, hablábamos la semana pasada de lo problemáticos que resultan los titulares en pregunta, en particular cuando se utilizan con la intención de llamar la atención en busca de un clic.
Pero vean ustedes que no solo por clics se cae en el exceso de los titulares con preguntas. El martes pasado, en una sola edición de nuestro periódico impreso, donde no dependemos de clics, tuvimos una hemorragia de titulares en pregunta.
Bien decía el maestro Bastenier, que aborrecía los titulares en pregunta, que los periodistas estamos para buscar la información que permita responder a las preguntas no para andar dejando preguntas sueltas.
Bueno, no llego a tanto, a veces es válido dejar preguntas con base en el contexto de la información, pero lo que sí es impresentable es tener en una edición tantos titulares en pregunta. Faltó editor, sin duda.
Y también les pareció a muchos que faltó editor por una columna de opinión de Héctor Abad de hace unas semanas y que fue criticada este último fin de semana por nuestra columnista Tatiana Acevedo.
Más allá del debate que se generó y de lo criticable que pueda ser la opinión de Abad, y sobre todo algunas frases puntuales, el punto es que algunos la interpretaron como una columna eugenística y se quejaron porque El Espectador permitiera su publicación.
Por muy problemático que fuera el argumento, y repito algunas frases que tomadas solas podían, como lo hicieron, dar esa impresión francamente no sentí ni siento todavía que fuera una columna con un lenguaje de odio o que promoviera algún tipo de intervención en busca de una raza ideal ni nada por el estilo.
Era una simple opinión susceptible de ser desmenuzada como lo hizo Tatiana en las mismas páginas.
Las fotografías son información, de eso no cabe duda. Y por eso mismo, la escogencia de una fotografía para acompañar un artículo no es un acto mecánico, es también un ejercicio de criterio periodístico.
Pues esta semana una escogencia como ilustración y no como información en una nota nos mereció el #JalónDeOrejas de nuestro columnista @cuervoji.
La verdad es una queja que ya habíamos tenido, y a la que al principio no le paré muchas bolas pero ahora sí creo que tiene toda la validez, y es a seguir ilustrando las notas judiciales sobre el caso de la hija de Aída Merlano con sus fotografías donde se promocionaba para sus actividades en las redes.
En las primeras informaciones defendía que, bueno, esa era ella, así era conocida, esa era su imagen pública y el hecho que estuviera ahora en asuntos judiciales pues no cambiaba en nada quién era ella. Pensaba, si Cristiano Ronaldo o Messi se ven involucrados en un asunto judicial, pues la imagen de esas informaciones posiblemente será de ellos como futbolistas.
Sin embargo, ya ha pasado un tiempo desde que comenzaron los líos judiciales de la señora, ya hay fotografías de ella en procesos judiciales así que encuentro razonable el #JalónDeOrejas para no seguir usando esas fotografías.
Y en efecto, con los #JalonesDeOrejas, pues no fue solo el de @cuervoji, los muchachos entraron al archivo y encontraron una mejor fotografía para ilustrar la noticia.
Y, bueno, hablábamos la semana pasada de lo problemáticos que resultan los titulares en pregunta, en particular cuando se utilizan con la intención de llamar la atención en busca de un clic.
Pero vean ustedes que no solo por clics se cae en el exceso de los titulares con preguntas. El martes pasado, en una sola edición de nuestro periódico impreso, donde no dependemos de clics, tuvimos una hemorragia de titulares en pregunta.
Bien decía el maestro Bastenier, que aborrecía los titulares en pregunta, que los periodistas estamos para buscar la información que permita responder a las preguntas no para andar dejando preguntas sueltas.
Bueno, no llego a tanto, a veces es válido dejar preguntas con base en el contexto de la información, pero lo que sí es impresentable es tener en una edición tantos titulares en pregunta. Faltó editor, sin duda.
Y también les pareció a muchos que faltó editor por una columna de opinión de Héctor Abad de hace unas semanas y que fue criticada este último fin de semana por nuestra columnista Tatiana Acevedo.
Más allá del debate que se generó y de lo criticable que pueda ser la opinión de Abad, y sobre todo algunas frases puntuales, el punto es que algunos la interpretaron como una columna eugenística y se quejaron porque El Espectador permitiera su publicación.
Por muy problemático que fuera el argumento, y repito algunas frases que tomadas solas podían, como lo hicieron, dar esa impresión francamente no sentí ni siento todavía que fuera una columna con un lenguaje de odio o que promoviera algún tipo de intervención en busca de una raza ideal ni nada por el estilo.
Era una simple opinión susceptible de ser desmenuzada como lo hizo Tatiana en las mismas páginas.