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¿Escépticos y sabios?

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Francisco Gutiérrez Sanín
29 de octubre de 2021 - 05:30 a. m.
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Los otros días oí una interesante declaración del biólogo Richard Dawkins. Al reflexionar sobre sus potenciales contribuciones como intelectual público, hizo énfasis en el hecho de que podría ayudar a cultivar el “escepticismo” —y por consiguiente una posición favorable al “método científico”— entre la opinión.

Intuyo que es una posición que tiene una acogida amplia, quizás incluso abrumadoramente amplia, entre públicos letrados en nuestro país (y no sólo en él). Déjenme, sin embargo, remar aquí un poco contracorriente, a ver hasta dónde llego.

Lo primero que debo observar es que el escepticismo puede ser, tanto como la credulidad, patentemente absurdo. Por ejemplo, hubo un tiempo en el que a ciertos círculos les dio por decir que los Estados Unidos en realidad no habían llegado a la Luna y que todo se trataba de un complot propagandístico de una agencia de seguridad (digamos, la CIA). Especies análogas circularon con motivo de los atentados del 11 de septiembre, que cumplen este año dos décadas.

Vamos un poco más allá: muchas de las corrientes más malsanas y más destructivas de la vida pública se apoyan en el escepticismo y en el derecho a dudar. Esa es una de las cosas que tienen en común los negacionistas del Holocausto, los trumpistas, los antivacunas, Cabal y demás personajes que se quieran meter en la lista.

Por consiguiente, habría que convenir en que hay escepticismos malos e incluso intolerables (lo mismo se aplica a la duda y a la propia razonabilidad). El siguiente —y más drástico— paso es entender que diferenciar los escepticismos lúcidos y constructivos de los descabellados no es tan fácil ni tan rectilíneo como parecería. ¿La CIA hace maquinaciones? Claro. De hecho, es su oficio. ¿Y acaso tú estuviste ahí para atestiguar que en realidad las naves que algunos vieron en las pantallas alunizaron? Antes de lanzar los brazos al aire, piense el lector en cómo contestaría a estos desafíos si su vida dependiera de la capacidad de cambiar la opinión de un interlocutor atrincherado en ese escepticismo.

¿No es fácil, eh? Bueno, a esa misma conclusión llegaron hace rato tres brillantes investigadores —Cook, Shadish y Campbell—, que quizás merezcan el blasón de pioneros del método experimental en las ciencias sociales (y, por consiguiente, de abuelos intelectuales de los premios nobel de Economía de este año). Eso los llevó a escribir (cito de memoria) que “nadie se imagina en cuánta credulidad colectiva se basa la ciencia” para funcionar.

Cierto: también hay credulidades inteligentes y estúpidas. Y toda una zona gris que cae entre esos dos extremos. ¿Cómo orientarnos? La respuesta más o menos obvia tiene implicaciones difíciles de digerir: cultivando el gusto, de manera análoga a como lo hace un catador de café o un marchante de arte. Los operadores de éxito, por supuesto, son diferentes para cada disciplina. Pero es la exposición continua a ciertas prácticas y rutinas lo que permite a alguien separar relativamente bien entre el escepticismo (o la confianza) que vale la pena atesorar y la basura. Nunca se dice cómo lograr que esta clase de formación llegue (y en tiempo real…) a todos los públicos.

Está el sentido común, dirán algunos. Pero sabemos que a veces protege y a veces conduce a exabruptos. Como siempre, mi conclusión no es que “todo vale”, sino que hay que desconfiar de las recetas fáciles. En particular, la retórica liberal debería aprender a ser un poco más escéptica frente a los poderes salvíficos del escepticismo. A veces este conduce a deslumbrantes florecimientos de la razón (y sí: también mucho antes del nacimiento de la ciencia como la conocemos; piénsese en Sócrates). A veces, al oscurantismo y la ferocidad. En los tiempos que corren, es fundamental entender que, por un lado, necesitamos del diálogo entre saber científico y debate político, pero que, por otro, ese diálogo —contra ilusiones ilustradas más bien ingenuas— es intrínsecamente difícil.

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Oscar(5340)01 de noviembre de 2021 - 04:41 p. m.
Seria bueno continuar este tema. Cuando saber si la duda conviene o no, cuando es inseguridad, simple falta de conocimiento o una manera de acercarse a el ? la duda es un lastre o es útil ? Son preferibles entonces las creencias y los dogmas que nunca dudan ?
Oscar(5340)01 de noviembre de 2021 - 04:37 p. m.
Seria bueno continuar este tema. Cuando saber si la duda conviene o no, cuando es inseguridad, simple falta de conocimiento o una manera de acercarse a el ? la duda es un lastre o es útil ? Son preferibles entonces las creencias y los dogmas que nunca dudan ?
Lorenzo(2045)30 de octubre de 2021 - 04:10 a. m.
Más que "interesantes declaraciones de biólogos" es el torrente de pensamiento sobre la transformación de la Estética en el siglo XX con la eclosión de "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" del nunca bien ponderado (por biólogos y hechiceros) Walter Benjamin= postula la crítica "soberbia" de la Escuela de Frankfurt antes del ascenso del nacionalsocialismo alemán. En otras..
  • Lorenzo(2045)30 de octubre de 2021 - 04:24 a. m.
    ...words= ni el siglo XX ni la política se ntienden sin el cine. Desde el Manifiesto racista de David Griffith=El nacimiento de una nación, 1915, pasando por el ladino y sinuoso Walt Disney hasta el archiembustero Pepito Goebbels el cine -fábrica de ilusión- contamina la pretensión de publicitar la Epistemología: que la vedad no existe es cosa de SOFISTAS POSMODERNOS; la vaina son sus DIVULGADORES
Lalo(70277)29 de octubre de 2021 - 10:44 p. m.
Usa el escepticismo para dudar de él. Cuál sería entonces la salida al escepticismo. No hay que confundir escepticismo con incredulidad malsana
  • Lorenzo(2045)30 de octubre de 2021 - 03:54 a. m.
    El valor del lugar común consiste -como decía Borges- en decir verdades que son aún válidas. Una de ellas -frase parecida a las de Selecciones del Readers Digest- pertenece al quisquilloso Voltaire: "La RAZÓN no ataca la FE sino la SUPERSTICIÓN". Un "pensador" de la parroquia -imposible emulsión entre neoliberalismo y filosofía- Alejandro Gaviria: "No debemos ceder a la seducción del SOLIPSISMO".
juan(71263)29 de octubre de 2021 - 08:05 p. m.
Que buena columna, debería ampliarla considerando además que algunos (as) no la entendieron
  • Luis(14946)30 de octubre de 2021 - 01:41 a. m.
    Y PORQUE SUPONE QUE ALGUNOS NO LA ENTENDIERON .. ??
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